Los especialistas de la Biblioteca Nacional de España desayunaron con una sorpresa el jueves 2 de febrero. Este periódico publicó que una anticuaria llevaba dos décadas intentando vender, por unos irrisorios 1.600 euros, el manuscrito de una obra inédita de José Echegaray —ganador del Nobel de Literatura en 1904— sin que nadie se hubiese interesado jamás por el documento. “El mismo día que salió la noticia en la prensa, se contactó con la librera para mostrar el interés por parte de la Biblioteca Nacional. Fue entonces cuando la librera comunicó que ya lo había vendido”, explican fuentes del Departamento de Adquisiciones de la institución. Alguien se adelantó aquel jueves a la Biblioteca Nacional. Rubén Acedo, un hombre nacido hace 85 años en una aldea vasca, ajeno totalmente al coleccionismo literario, madrugó aquel día, leyó EL PAÍS y llamó alrededor de las ocho de la mañana a la anticuaria para comprar el manuscrito.