El análisis genético de los perros que hay cerca de la central nuclear de Chernóbil en Ucrania, muestra que son diferentes. Pero no hay pruebas de que se deba a la radiación. Un estudio realizado a más de 300 canes asilvestrados indica que la afinidad genética cambia según aumenta la distancia con el reactor número 4, que estalló en 1986. Sin embargo, estas diferencias podrían deberse a causas que no tienen nada que ver con la liberación de material radiactivo o que sus niveles sean dañinos a largo plazo. De hecho, la zona está siendo testigo de una brutal explosión de vida salvaje.