He Jiankui, el científico que creó los primeros bebés modificados genéticamente en uno de los experimentos más delirantes y peligrosos de la historia, ha salido de la cárcel y quiere volver a la ciencia para curar enfermedades genéticas en niños y adultos. Así lo ha confirmado el propio He a EL PAÍS en varios correos electrónicos, pues no quiere ofrecer entrevistas en persona. La mayoría de los expertos internacionales consultados por este diario, incluido un premio Nobel, ven la vuelta de He con auténtico terror. Sus actos, considera Kiran Musunuru, experto en edición genética, “son tan graves como los crímenes de guerra cometidos por los médicos nazis durante la II Guerra Mundial”.