En plena Guerra Civil Española, entre 1938 y 1939, el jefe de los servicios psiquiátricos del ejército de Franco, Antonio Vallejo Nájera, publicó varios informes en la Revista Española de Medicina y Cirugía de Guerra explicando la raíz del fanatismo comunista. Como una herramienta más del esfuerzo bélico, el médico buscó entre prisioneros de guerra las taras físicas o psíquicas que pueden llevar a una persona al marxismo y concluyó que los enemigos de la patria eran las personas menos inteligentes de la sociedad. Aquellos “resultados científicos” sirvieron para arrancarles su humanidad.