Desde su aparición, los humanos, más que ninguna otra especie conocida, han transformado sus ecosistemas. Hace muchos años que se investiga la relación entre la llegada del Homo sapiens a distintas regiones del planeta, hace miles de años, y la desaparición de algunos grandes mamíferos, y el invento de la agricultura multiplicó nuestro impacto. Sin embargo, hasta hace menos de dos siglos, el mundo siguió siendo demasiado grande para hacerle mella. Eso cambió con la revolución industrial, y ahora, lo que hacemos en cualquier pueblo perdido se suma a un proceso de transformación global con consecuencias difíciles de prever y probablemente catastróficas.