El TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad) es probablemente el problema de salud mental más sujeto a controversia, a veces airada y plagada de acusaciones morales desde sus polos extremos. Hay quien, apoyándose en la inexistencia -a día de hoy- de un marcador biológico, aboga por considerarlo un invento, un simple producto de intereses comerciales. También hay quien etiqueta de TDAH cualquier mal comportamiento en clase, bajo rendimiento escolar o conducta disruptiva. En este campo, para ser de alguna ayuda a los pacientes y sus familias, convendrá ser cauteloso, analizar aquello que se parezca más a la evidencia científica y evitar discursos ideologizados y “en posesión de la verdad”.