El sarro fijado a dientes de humanos que vivieron hace miles de años ha permitido saber qué comían, qué bacterias tenían en la boca y, también, cómo era su salud bucal. Investigadores italianos han reunido decenas de dentaduras de un periodo clave de la prehistoria: el paso del Paleolítico, el tiempo de los cazadores-recolectores nómadas, al Neolítico, la era de los agricultores, los ganaderos, las primeras ciudades, los primeros imperios y el resto de la Historia. Han visto cómo el microbioma oral cambió a medida que los pueblos neolíticos que venían de oriente con su tecnología agraria y sus animales domesticados fueron propagándose. El proceso es muy similar al sucedido en la península Ibérica por la misma época.