La Luna no ha contado nunca con una hora independiente a la terrestre. A cada misión lunar se le ha asignado su propio horario particular, siempre vinculado al huso terrícola conocido como la hora universal coordinada (UTC, por sus siglas en inglés), que equivale a una o dos horas más respecto al horario español peninsular dependiendo de la época del año. Un método impreciso, poco eficiente y no homologado entre las naves que visitaban el satélite. Las agencias espaciales europea (ESA) y estadounidense (NASA) desean mejorar este punto, ya que se avecina una década de renacimiento en la exploración espacial.