Durante lo peor de la pandemia provocada por el coronavirus, varios grupos de cristianos fundamentalistas de Estados Unidos y Corea del Sur vieron llegar el Apocalipsis. Para algunos evangélicos, el SARS-CoV-2 no es un simple virus de la familia de los Coronaviridae relacionado con anteriores patógenos causantes de un síndrome respiratorio agudo severo. Era un castigo de Dios, incluso un aviso de la segunda llegada de Jesús. Aunque la ciencia ha ido estrechando el espacio a este tipo de creencias, siguen estando ahí: un estudio etnográfico de un centenar de sociedades del planeta confirma que, cuando no hay una explicación clara o fácil a un fenómeno, los humanos tendemos buscarle una explicación sobrenatural.