Lo imprevisible: Todo lo que la tecnología quiere y no puede controlar, el nuevo libro de Marta García Aller), nos recuerda que, si bien son muchos los intentos de la tecnología por reducir el grado de incertidumbre, la realidad es en sí misma un sistema dinámico no-lineal.
En otras palabras: alcanzar determinado grado de control sobre algo nos descubre que nuevos océanos de incertidumbre, ya sea porque ese control produce efectos secundarios inesperados o porque somos conscientes de más microcausas, conectadas inextricablemente unas con otras, que antes nos pasaban desapercibidas.
Algortimos
El libro de Marta nos ha inspirado para alguna entrada de Xataka Ciencia, Cuando hay incertidumbre, nos volvemos más nacionalistas. También os hemos leído un pequeño fragmento para que quede de manifiesto cómo Marta hilvana curiosidades llamativas y chocantes para construir su relato:
Marta también ha tenido la gentileza de respondernos a algunas cuestiones que aborda de una u otra forma en el libro:
¿Crees que te vas a quedar sin trabajo por culpa de los algoritmos?
Cualquiera podernos quedarnos sin trabajo, pero no vale echarle siempre la culpa a los algoritmos. Las máquinas se van a encargar de lo previsible, los humanos de todo lo demás. Pero vamos a tener que espabilar para adaptarnos a este cambio lo más rápido posible.
Urge reinventarnos para lo que viene. Lo bueno es que no siempre la inteligencia artificial quita el trabajo a los humanos, también nos ayuda a encontrar uno. Mientras estaba escribiendo ‘Lo Imprevisible’ consulté con un algoritmo que predice qué vas a ser de mayor en función a la propia vocación y las habilidades de cada uno, analizando más de 3.000 profesiones que tendrán mucha demanda en las próximas décadas. Está pensado para ayudar a adolescentes que buscan orientación laboral pero también adultos que quieren reorientar su carrera hacia las profesiones con más futuro. En el libro cuento con detalle cómo hice el test y el informe con mis empleos del futuro elaborado por ese algoritmo me sugería formarme para ganarme la vida como analista de actualidad tecnológica y política. Son profesiones que van a ser muy demandadas por las empresas de aquí a 2050 y, la verdad, tengo mucha suerte porque más o menos ya me dedico a ello como periodista. También me recomendaba que me haga filósofa, que tal vez mucha gente no lo sepa pero es una profesión con mucho futuro en la era de los algoritmos. Vamos a tener que enseñarle a las máquinas a actuar de forma ética y para eso los humanos tenemos antes que ponernos de acuerdo en qué demonios significa eso.
Lo imprevisible: Todo lo que la tecnología quiere y no puede controlar (No Ficción)
¿Vamos a mejor?
El optimismo puede ser un sesgo peligroso en tiempos de pandemia. Creer que todo va a salir bien puede frenar el esfuerzo por adaptarnos y, sobre todo, por poner los medios para frenar los contagios. Para que todo vaya a mejor hace falta invertir mucho más en ciencia y en educación. El futuro no se construye solo. En ‘Lo Imprevisible’ le dedico un capítulo entero a cómo algunos algoritmos ponen en peligro la democracia porque polarizan la sociedad. Cada vez va a ser más difícil saber lo que es verdad y lo que no, especialmente con los deep fake. Y eso de no poder creer a nuestros propios ojos exige una capacidad de pensamiento crítico para la que hay que empezar a prepararse.
La inteligencia artificial es una herramienta extraordinaria que nos va a permitir avanzar en muchos campos. Sin duda la salud es el más prioritario y estamos viviendo avances prometedores. También plantea retos para la privacidad y la seguridad, y analizo esos desafíos con cautela porque es urgente empezar a hacerse todas esas preguntas. Qué hacemos con los algoritmos pensados para predecir el crimen ya no es una pregunta de ciencia ficción. Está pasando. Y por eso es urgente asegurarse de que esa tecnología nos ayuda a construir una sociedad más justa y no más injusta.
¿Cuál crees que ha sido la innovación más positiva en los últimos años? ¿Y la más negativa?
Creo que hay que salir del reduccionismo maniqueo de lo bueno y lo malo cuando hablamos de tecnología. La inteligencia artificial es un avance enorme que va a transformar la vida cotidiana en todos los ámbitos igual que hace un par de siglos empezó a transformarlo la electricidad. Los avances en robótica son una de las innovaciones más extraordinarias de los últimos años. Y lo mismo que hay robótica social, que puede permitir desde mejorar la atención a los ancianos a ayudar en los hospitales a prevenir contagios de coronavirus, también hay ‘killer robots’ o robots asesinos que se programan para la guerra y son una amenaza que necesita una regulación urgente. Pero lo bueno y lo malo son conceptos humanos. Es nuestra tarea gestionar estas innovaciones de modo que resulten beneficiosas. En ‘Lo Imprevisible’ le dedico un capítulo entero a la estupidez humana, que es lo realmente peligroso para el futuro.
¿Crees que nos estamos polarizando ideológicamente?
Sin duda. Cada vez hay una mayor polarización y tiene mucho que ver cómo nos informamos a través de redes sociales. Si los algoritmos están creados para visibilizar los contenidos más llamativos que generen más interacciones, sean verdad o mentira, en vez de los más relevantes, la consecuencia es que tenemos una sociedad cada vez peor informada y más sesgada porque solo consume contenidos que le dan la razón o le irritan mucho. Es importante salir de la cámara de eco y ser conscientes de ese sesgo.
La pluralidad empieza por buscar la diversidad en nuestras pantallas y también apagarlas de vez en cuando. Twitter no es el mundo real. Y el problema es que eso a veces se le olvida tanto a los periodistas como a los políticos, que se dejan influir demasiado por los debates en redes donde son las voces polarizadas las más visibles aunque no las mayoritarias. La polarización y los populismos también rebrotan en momentos de mucha incertidumbre. Y la incertidumbre empezó mucho antes de que llegara el coronavirus. Tiene mucho que ver con el desasosiego de no ser capaces de imaginar qué futuro nos espera ni cómo será el mundo de mañana. Los populismos ofrecen respuestas sencillas y cuando el cerebro busca un Almax para tanta incertidumbre se acoge a la primera solución que le dé n respiro. Aunque no sea realista. La nueva era de la predictibilidad técnica se caracteriza, paradójicamente, por una epidemia de incertidumbre. El antídoto es acostumbrarse a vivir rodeados de lo imprevisible.
Nos gusta tenerlo todo bajo control, pero a la vez queremos que la vida nos sorprenda. Hay algoritmos para predecir el tiempo, los atascos y hasta el amor. Los hay que componen música y pintan cuadros como los de Rembrandt. Algunos crean noticias falsas y otros predicen a quién vamos a votar. A medida que les vamos cediendo poder a las máquinas, más nos preocupa todo aquello que escapa de su control. ¿Por qué los algoritmos no pudieron prever la mayor pandemia global? ¿Qué aspectos de nuestra vida invadirá la inteligencia artificial tras el coronavirus? ¿Cuánto de lo que nos rodea seguirá siendo imprevisible? Con humor y espíritu crítico, la periodista Marta García Aller nos sumerge en una búsqueda fascinante de lo que significa ser humano en un mundo incierto dominado por las máquinas. El resultado es un libro imprescindible en el que aparecen todo tipo de testigos de lo inesperado. Desde matemáticos, epidemiólogos y genetistas hasta lingüistas, abogadas e ingenieras. Hay una niña de tres años, varias empresarias de éxito y un ligón de Tinder, junto a neurólogos, humoristas y algún que otro robot. Los datos, como los oráculos, no siempre son de fiar y a menudo les atribuimos más poder del que realmente tienen, pero tanto sus aciertos como sus errores determinarán nuestro futuro.
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La noticia
Libros que nos inspiran: ‘Lo imprevisible’ de Marta García Aller
fue publicada originalmente en
Xataka Ciencia
por
Sergio Parra
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