Solo han pasado un par de semanas desde que el Telescopio Espacial James Webb empezó a demostrar de lo que es capaz , y desde entonces no ha parado de dejarnos con la boca abierta. Apenas se han publicado oficialmente un puñado de imágenes , pero eso no ha impedido que un gran número de ‘científicos ciudadanos’ buceen en los datos aún sin procesar en busca de tesoros ocultos. Judy Schmidt es una de ellas, y es conocida desde hace años por ser capaz de ‘exprimir’ esos datos todavía no procesados por los astrónomos profesionales y convertirlos en imágenes de enorme belleza, que se pueden ver en su página . Gracias a su trabajo paciente y minucioso, ahora tenemos dos nuevas imágenes de James Webb. Se trata de las galaxias NGC 628 y NGC 7496, ambas relativamente cerca de nuestra Vía Láctea. Las dos ya habían sido fotografiadas por el Telescopio Espacial Hubble, pero la potencia del James Webb revela una enorme cantidad de detalles que el veterano telescopio no había sido capaz de resolver. Aunque eso no se debe a que un telescopio sea mejor que el otro. Hay que tener en cuenta que los dos observatorios espaciales operan en distintas longitudes de onda de la luz. Hubble es principalmente un instrumento óptico y ultravioleta, mientras que Webb ve en el infrarrojo, de modo que puede capturar la luz que el polvo y el gas oscurecen en las longitudes de onda ópticas. En otras palabras, las observaciones de ambos telescopios son complementarias; Hubble ve las nubes gas y Webb es capaz de penetrar a través de ellas para ver las estrellas recién nacidas en su interior. En las imágenes que acompañan este texto, y con solo deslizar la cortinilla central de izquierda a derecha, se pueden apreciar las diferencias. NGC 628, la espiral perfecta También conocida como ‘La galaxia fantasma’, NGC 628 es una de las galaxias más espectaculares de nuestro cielo. Sus dos grandes brazos espirales la han convertido en el arquetipo de lo que se conoce como ‘galaxias espirales de gran diseño’. Antes Después NGC 628, a la izquierda vista por el Hubble y a la derecha, por el James Webb Se encuentra ‘solo’ a 32 millones de años luz de distancia, y forma parte de un grupo en el que hay otras siete galaxias, todas ellas viajando en la misma dirección. En su interior, destacan más de cien cúmulos estelares muy jóvenes, de color azul zafiro, que ya se intuían en las fotos del Hubble y que son perfectamente visibles en la imagen del Webb. Muchos de ellos se pueden apreciar alrededor del agujero negro central, cuyo enorme poder gravitatorio crea turbulencias en el gas que lo rodea y favorece la formación de nuevas estrellas. Hasta ahora, además, los astrónomos habían detectado por lo menos tres supernovas en el interior de NGC 628, así como varias nebulosas planetarias, pero futuros estudios incrementarán seguramente ese número. NGC 7496, una espiral barrada Esta impresionante galaxia se encuentra a 24 millones de años luz de distancia en la Constelación de la Grulla, y es un bello ejemplo de galaxia espiral barrada. A diferencia de la anterior, se caracteriza por una gran barra central de estrellas, de cuyos extremos, y no del centro, parecen surgir los brazos espirales. Antes Después NGC 7496, a la izquierda vista por el Hubble y a la derecha, por el James Webb Se cree que en estas barras se da una intensa actividad de formación estelar, a medida que el gas se canaliza hacia el centro galáctico. Por lo tanto, las galaxias de este tipo son los lugares más indicados para estudiar y observar el nacimiento de nuevas estrellas. MÁS INFORMACIÓN Un micrometeorito causa «cambios incorregibles» en uno de los segmentos del espejo principal del James Webb Este punto rojo tiene 13.500 millones de años y es la galaxia más antigua jamás observada De nuevo, las diferencias entre las imágenes del Hubble y del Webb son enormes. Pero no olvidemos que ambas se tomaron en longitudes de onda diferentes, por lo que se complementan. El nuevo telescopio puede ver claramente las estrellas en el corazón mismo de esas densas y opacas nubes moleculares que hasta ahora las ocultaban. En las imágenes del Hubble, por ejemplo, los núcleos galácticos son solo un área brillante y sin apenas rasgos distintivos. Pero Webb atraviesa esas nubes y nos muestra todo lo que ocultaban, como lo que sucede justo alrededor de los agujeros negros supermasivos alrededor de los cuales giran las galaxias.