«Es un día extraordinario». «Es histórico porque vamos a ir al espacio profundo con una nueva generación». Bill Nelson, administrador de la NASA, mostraba ayer su entusiasmo después de que la misión Artemis I sin tripulación consiguiera amerizar en el Pacífico tras 25 días de viaje y 2,2 millones de kilómetros recorridos alrededor de la Luna. La prueba general para que la humanidad vuelva al satélite natural en 2025 había concluido con éxito. El pasado 1 de diciembre, aún en órbita lunar, los ingenieros encendieron los motores de la nave Orion y la misión Artemis I emprendió oficialmente su largo regreso a casa. El impulso, en efecto, la llevó antes a miles de km más allá de la Luna, donde se comprobaron todos los sistemas que serán necesarios para las futuras misiones tripuladas. Después, la nave volvió a acercarse a nuestro satélite para su maniobra final. A las 17:42 (hora española) del pasado 5 de diciembre, Orion se acercó a sólo 127 km de la superficie lunar, aprovechó su gravedad para conseguir más velocidad y, en el momento preciso, un nuevo encendido de motores la colocó en el camino de regreso a la Tierra. Ahora, una semana después, la compleja trayectoria de aterrizaje se completó exactamente como estaba previsto. En una maniobra jamás intentada con anterioridad, la Orion no entró directamente como una bala, como hicieron las misiones lunares del programa Apolo, sino que ‘rebotó’ en la atmósfera terrestre igual que lo haría una piedra plana sobre el agua. Noticia Relacionada estandar No La nave Orion llega más lejos que ninguna otra destinada a llevar tripulación J. de Jorge La cápsula se sitúo a una distancia de más de 430.000 kilómetros de la Tierra Inicialmente, en efecto, la nave tocó la atmósfera a unos 61 km de altitud y giró después sobre sí misma 180 grados (de modo que los futuros astronautas estarían boca abajo), lo que cambió su centro de gravedad e hizo que saltara de nuevo hacia arriba, hasta los 99 km sobre el nivel del mar. Tras esa maniobra, la nave reanudó su descenso, con su sistema de guía apuntando directamente al punto elegido para el amerizaje. Entrada de salto Con esta maniobra, llamada ‘entrada de salto’, se consiguieron dos cosas: que las fuerzas gravitatorias en el interior de la nave no superaran los 4G (los astronautas de las misiones Apolo tuvieron que soportar hasta 6,8G) y, no menos importante, que el control de tierra pudiera elegir con precisión tanto el momento como el punto de amerizaje, algo que no había sido posible hasta ahora. Código Desktop Splashdown.
After traveling 1.4 million miles through space, orbiting the Moon, and collecting data that will prepare us to send astronauts on future #Artemis missions, the @NASA_Orion spacecraft is home. pic.twitter.com/ORxCtGa9v7— NASA (@NASA)
December 11, 2022
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December 11, 2022
Baste recordar, como ejemplo, que la tripulación del Apolo 8, la primera que orbitó la Luna, amerizó en diciembre de 1968 en plena madrugada (el control de misión habría preferido de día) en unas aguas infestadas de tiburones , razón por la que ni los buzos de rescate ni los propios astronautas se atrevieron a moverse hasta que amaneció casi dos horas después. Algo que no volverá a suceder gracias a la nueva ‘entrada de salto’ probada este domingo. La idea de esta maniobra ya existía en los tiempos de Apolo, pero la potencia de los ordenadores de la época no permitían calcularla de un modo seguro. Tras el éxito de este domingo, la próxima vez que se intente será en 2024, cuando Artemis II lleve una tripulación de astronautas alrededor de la Luna, los traiga de nuevo a la Tierra y haga un amerizaje suave y controlado cerca de casa. Un nuevo escudo térmico En el momento de entrar en la atmósfera, la nave Orión se precipitó hacia el mar a una velocidad de 32.000 km por hora. Lo cual sirvió para testear, también por primera vez, su novedoso escudo térmico, que tuvo que soportar hasta 2.760 grados centígrados durante el descenso. De diseño totalmente nuevo y a falta de instalaciones adecuadas en tierra, la única forma de probar el nuevo escudo era en un vuelo real. Considerado como uno de los principales objetivos de la misión , su buen comportamiento contribuye también a despejar el futuro de las próximas misiones Artemis 2 y 3. Durante el descenso, la fricción del aire fue frenando la nave, de forma que apenas unos minutos después de la rapidísima entrada su velocidad se había reducido a los cerca de 500 km/h necesarios para el despliegue de los dos grandes paracaídas de frenado, que se abrieron a 7.600 metros de altitud y que, en solo un minuto, redujeron la velocidad de caída a 160 km/h. Poco después, ya a 2.000 metros, se abrieron los tres paracaídas principales, de 35 metros de diámetro cada uno, que llevaron a Orion hasta el punto de amerizaje a poco menos de 30 km/h. A diferencia del escudo, los paracaídas habían sido sometidos previamente a 47 test diferentes. Finalmente a las 18:40, hora peninsular española, la Orion amerizó suavemente frente a las costas de Baja California, en el Pacífico. «Orion ha regresado de la Luna y está a salvo en el planeta Tierra», ha dicho Mike Sarafin, gerente de la misión Artemis I. «Con el amerizaje, hemos operado con éxito a Orion en el entorno del espacio profundo, donde superó nuestras expectativas y demostramos que Orion puede resistir las condiciones extremas de regresar a través de la atmósfera de la Tierra desde velocidades lunares». Una vez en el agua, el buque USS Portland de la Marina estadounidense recuperará la cápsula. Durante ese tiempo se comprobarán los datos de descenso y temperatura durante la novedosa maniobra de entrada en la atmósfera. MÁS INFORMACIÓN noticia No Apolo 17: La predicción del último hombre que pisó la Luna, más cerca de cumplirse 50 años después noticia No «Sueño con ser el primer astronauta español en pisar la Luna, ¿por qué no?» Después, la Orion se llevará a la base naval de San Diego y desde ahí se enviará al Centro Espacial Kennedy, en Florida, donde durante las próximas semanas se examinarán todos sus sistemas. «El amerizaje de la nave espacial Orion, que ha ocurrido 50 años después del aterrizaje del Apolo 17 en la Luna, es el mayor logro de Artemis I. Desde el lanzamiento del cohete más poderoso del mundo hasta el viaje excepcional alrededor de la Luna y de regreso a la Tierra, esta prueba de vuelo es un gran paso adelante en la exploración lunar de la Generación Artemis», ha señalado Bill Nelson. «Hoy es una gran victoria para la NASA, los Estados Unidos, nuestros socios internacionales y toda la humanidad», ha continuado. Las misiones Artemis llevarán a la primera mujer y la primera persona no blanca a la superficie de la Luna, allanando el camino para una presencia lunar a largo plazo y sirviendo como trampolín para los astronautas en el camino a Marte.