Alex Zylstra : «Es poco probable que la energía de fusión sea la única fuente que usemos»

El físico Alex Zylstra se despertó muy animado el lunes 5 de diciembre. Poseía informes previos que le indicaban que el experimento que dirige en el Centro Nacional de Ignición (NIF, por sus siglas en inglés) del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore podía esa mañana conseguir un hito histórico : conseguir por primera vez que un sistema de fusión, ese que intenta recrear la energía que enciende a las estrellas aquí, en la Tierra, crease más energía de la que se inyectaba para arrancar la reacción. Algo en lo que los físicos nucleares llevan trabajando desde hace décadas y que tan solo duró unas billonésimas de segundos. Sin embargo, fue suficiente para deslumbrar a toda la comunidad científica y copar titulares por todo el mundo. ABC habla con Zylstra de aquel momento y de los retos que aún tiene que superar una de las fuentes de energía más prometedoras de todos los tiempos. – ¿Sabían que el pasado 5 de diciembre iban a conseguir la ansiada ignición? – Teníamos algunas predicciones previas que indicaban que era posible, pero ciertamente no estábamos seguros de si este disparo pasaría este límite. – ¿Cómo era el ambiente en el laboratorio después de recibir los primeros datos? – Cuando los primeros datos empezaron a llegar el lunes temprano, todos estábamos entusiasmados. Aún así, seguimos trabajando muy duro para confirmarlos antes de hacerlos públicos. -¿Qué pasó por su mente cuando vio que, ciertamente, había conseguido este hito? – Mi primer pensamiento fue algo así como «¡Oh, guau… esto fue todo!». También quería asegurarme de que los datos iniciales fueran correctos, así que llamé de inmediato a uno de los expertos para comenzar a trabajar en su análisis. Noticias Relacionadas estandar No Todos los ‘soles artificiales’ repartidos por el mundo: ¿Cuándo tendremos un reactor de fusión comercial? Patricia Biosca estandar No España pondrá en marcha en 2023 su propio ‘sol artificial’ Patricia Biosca – Se dice que la energía de fusión va a ser una realidad en los próximos 30 años. Con este hito, ¿hemos acortado un poco esos tiempos eternos? – Por primera vez tenemos una prueba de que es posible obtener energía neta de un experimento de fusión. Si bien aún queda mucho trabajo por hacer, demostrar este primer paso elimina esta incertidumbre. – ¿Y cuándo conseguiremos alimentar nuestra nevera con la energía de las estrellas? – Este sigue siendo un desafío por el que aún pasarán décadas: más allá de la ciencia, existen importantes obstáculos tecnológicos y de ingeniería que superar. Pero tenemos la esperanza de que estos resultados animen a la comunidad y al público a invertir en la fusión como una solución. – ¿La energía realmente va a ser tan eficiente e increíble como se supone, el ‘santo grial’ de la energía? – Sin duda, tiene muchas ventajas: es limpia, sostenible y que el combustible se puede extraer fácilmente. Pero, como dije, llevar la tecnología al punto en que se convierta en una fuente económica de energía requerirá mucho trabajo. – El proyecto NIF se basa en el confinamiento inercial, algo que en los años 60, cuando se planteó, parecía ciencia ficción. Usted lleva cuatro años en Livermore. ¿Alguna vez pensó en rendirse? – Es cierto que han pasado décadas desde que se enunció el concepto inicial hasta hoy. Sin embargo, gracias a la perseverancia de todas las personas que han trabajado a lo largo de los años, hemos conseguido llegar hasta donde estamos ahora. A mí, personalmente, me encanta trabajar con un equipo tan grande y el desafío que implica este sector. – Los proyectos de confinamiento magnético, si bien aún no han logrado el ansiado encendido, sí prometen mayor eficiencia y reactores escalables. ¿Cree, como piensan algunos compañeros, que las soluciones de ingeniería de ITER o JET, por ejemplo, van por delante de las NIF a la hora de conseguir la comercialización de la energía de fusión? – Hay ventajas y desventajas para cada enfoque. Además, creo que es posible que tampoco entendamos aún completamente los desafíos de cada uno de ellos para la comercialización de la energía de fusión. Aún así, es cierto que si bien hemos podido ser los primeros en demostrar la ignición, estoy de acuerdo en que algunos aspectos de la ingeniería del reactor están más desarrollados para los sistemas de fusión magnética. – ¿Podemos aspirar a un reactor comercial basado en confinamiento inercial? Si es así, ¿cuándo podría suceder? – Definitivamente, sí lo creo. Pero sigue siendo un desafío importante que requiere un compromiso de décadas para invertir en ciencia, ingeniería y tecnología para que esto suceda. – La tecnología NIF data de los años 90, por lo que hay un amplio margen de mejora. – Es cierto; el láser NIF se basa en gran medida en la tecnología de las décadas de 1980 y 1990. Desde entonces, se han desarrollado láseres más pequeños con tecnología más moderna que tienen, por ejemplo, una eficiencia mucho mayor. Esto es algo necesario para los reactores comerciales. – Después de este hito, ¿qué sigue? ¿Cuál es su próxima meta? – En primer lugar, nos gustaría demostrar que podemos producir de manera confiable estas condiciones y luego comenzar a probar ideas para mejorar aún más la producción de fusión. MÁS INFORMACIÓN noticia No Rusia se plantea enviar una nueva nave a la Estación Espacial Internacional para ‘rescatar’ a sus cosmonautas noticia No España entra en la primera división de la investigación con el Centro Nacional de Neurotecnología – ¿Cree que la energía de fusión cumplirá la revolución que promete o será una fuente más? ¿Será una fuente de energía democrática? – En el futuro creo que la fusión jugará un papel en nuestro suministro de energía, pero es poco probable que sea la única fuente de energía que usamos. Entre sus ventajas seguramente pese que puede proporcionar energía más segura frente a otros sistemas.