Hallan en la Luna una reserva ‘fantasma’ de agua de 270.000 millones de toneladas

Cada vez falta menos para que la Luna empiece a poblarse con bases científicas, puestos avanzados, colonias permanentes, explotaciones mineras… Una excelente razón para que un número creciente de científicos dedique sus esfuerzos a averiguar qué recursos ‘locales’ podrán utilizar los futuros residentes lunares. Los minerales son importantes, sí, pero no tanto como el agua, imprescindible tanto para el consumo humano como para fabricar el combustible necesario para vehículos y naves. Encontrar reservas de agua en la Luna (o formas de obtenerla a partir de materiales lunares) significa no tener que transportarla desde la Tierra, algo que tiene unos costes prohibitivos. En esa línea, un equipo de investigación dirigido por HU Sen, del Instituto de Geología y Geofísica (IGG) de la Academia de Ciencias de China, acaba de descubrir que las perlas de vidrio de impacto en los suelos lunares, recolectadas por la sonda Chang´e 5, contienen una parte de agua. En un estudio recién publicado en ‘ Nature Geoscience ‘, los investigadores muestran que estas perlas de vidrio constituyen, con toda probabilidad, una nueva fuente de agua en la superficie de la Luna al actuar como ‘depósitos’ del agua derivada del viento solar. En busca del agua lunar Hasta ahora, numerosos estudios han confirmado la presencia de agua en la Luna, ya sea en forma de hielo en el fondo de oscuros cráteres nunca iluminados por el Sol, ya sea disociada en sus dos componentes principales, hidrógeno y oxígeno, presentes en pequeñas cantidades en los materiales que forman la mayor parte de la polvorienta superficie de nuestro satélite. Esa agua superficial, sin embargo, sigue unos ciclos de retención, liberación y reabastecimiento muy concretos. Es decir, que tiende a perderse en el espacio debido a la acción del Sol, pero se repone continuamente. Lo cual es una pista importante que indica la presencia de una capa o depósito rico en agua en el subsuelo lunar, que reabastece periódicamente a la superficie y permite que el ciclo continúe. Noticia Relacionada estandar No Sorpresa: Urano también podría tener lunas oceánicas José Manuel Nieves El inesperado hallazgo ha sido posible gracias a la revisión de los datos de la sonda Voyager 2, que sobrevoló el planeta hace casi 40 años Sin embargo, ningún estudio anterior ha sido capaz hasta ahora de explicar cómo influye en ese ciclo el agua preservada en el interior de los finos granos minerales que se forman por el impacto de meteoritos. Es decir, que existe un depósito de agua aún no contabilizado en los suelos lunares, y con una influencia concreta, y desconocida, en el ciclo del agua en la Luna. Ahí es precisamente donde incide el nuevo estudio, cuyos autores proponen que esa reserva ‘fantasma’ de agua se encuentra, precisamente, en el interior de esas ‘perlas’ de vidrio que se generan cuando las gotas de roca fundida de los meteoritos cristalizan a causa de las altísimas temperaturas generadas por los impactos. Dentro de las perlas de vidrio Bajo la dirección de HU Sen, la estudiante de doctorado HE Huicun caracterizó sistemáticamente la petrografía, la composición, la abundancia de agua y la presencia de isótopos de hidrógeno en las perlas de vidrio de impacto devueltas por la misión china Chang´ E 5, con el objetivo de identificar y caracterizar ese nuevo y desconocido depósito de agua lunar. Los resultados revelaron que las perlas de vidrio de impacto muestran una concentración de hasta 2.000 microgramos de agua por cada gramo de material, aunque son extremadamente pobres en deuterio, un isótopo del hidrógeno. Precisamente, la gran diferencia entre la presencia de agua y la práctica ausencia de isótopos de hidrógeno llevó a los investigadores a concluir que el agua contenida en las perlas tiene un origen muy concreto: el viento solar. El viento solar es una corriente de partículas cargadas expulsadas continuamente por el Sol. Las partículas solares chocan con la superficie lunar y reaccionan con los minerales presentes para producir hidrógeno y oxígeno. Después, ambos elementos se combinan para formar moléculas de agua que quedan atrapadas en los materiales de la superficie lunar, como las perlas de vidrio de impacto mencionadas en el estudio. Los investigadores estiman que la cantidad de agua aportada por las perlas de vidrio de impacto a los suelos lunares varía entre 3 veces diez elevado a once kilogramos (es decir, 300.000 millones de kg) y 2.7 veces diez elevado a catorce kilogramos (27 billones de kg). Una cantidad, desde luego, más que respetable. «Estos hallazgos – explica Hu- indican que los vidrios de impacto en la superficie de la Luna y otros cuerpos sin aire en el sistema solar son capaces de almacenar agua derivada del viento solar y liberarla después al espacio».