El famoso astrónomo Carl Sagan fue quien, en su programa de televisión ‘Cosmos’, pronunció la famosa frase de que «el número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena en todas las playas del planeta Tierra«. Una afirmación que nos resulta difícil de creer, pero que la ciencia ha demostrado: el espacio contendría unos 300 trillones de estrellas repartidas en unas 100.000 galaxias. Solo la nuestra, la Vía Láctea, contiene entre 200.000 y 400.000 estrellas. Si se ha mareado con estas cifras, imagine los astrónomos que tratan de buscar diariamente respuestas entre ellas. Por suerte, las nuevas herramientas informáticas son unas buenas aliadas y simplifican esta ardua tarea. Un ejemplo de esta simbiosis entre ciencia y tecnología es la misión Gaia : a cargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), este proyecto lleva desde 2013 analizando la Vía Láctea, generando el hasta ahora más completo mapa de nuestra galaxia. Hasta la fecha, ha ‘cazado’ unos 2.000 millones de objetos con los que puede crear el resto de la ‘fotografía’. «Solo puede ver un uno por ciento de todas las estrellas de la Vía Láctea -explica a ABC Rubén Álvarez Timón, director de Tecnologías de la Información de la ESA-, pero esos datos se extrapolan para crear el mapa 3D completo». Cada día, se fija en 70 millones de estrellas, produciendo 10.000 veces más datos que misiones anteriores. Y la misión se ha extendido hasta 2025, por lo que la información sigue y sigue creciendo. Para manejarla, la ESA está contando con la empresa NetApp , quien le ofrece el soporte y la plataforma no solo para custodiar esta ingente cantidad de datos, sino también quien garantiza el acceso de toda la comunidad científica, quien puede ‘bucear’ entre todos ellos y conocer desde la composición, la temperatura, la masa y la edad de las estrellas, a la velocidad en la que se alejan o se acercan a nosotros. «La ESA no puede utilizar los datos tal cual llegan desde la nave, sino que hay que transformarlos y llevarlos a una plataforma accesible, disponible para cualquier científico que requiera de esta información», cuenta a ABC Jaime Balañá, director técnico de NetApp para Iberoamérica. «Piensa en cuando mueves muchas fotos y vídeos: a veces es complicado y puedes tardar mucho; pues imagina si hablamos no de megabytes, sino de terabytes (un millón de megabytes). Solucionar esa clase de problemas es nuestro trabajo». No es la única colaboración que llevan a cabo estos dos entes. La ESA es la agencia espacial con el programa de observación terrestre más potente: Copérnico. Está diseñado para proporcionar información precisa, actualizada y de fácil acceso para mejorar la gestión del medio ambiente, comprender y mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad ciudadana. Por ejemplo, se utilizó para comprender mejor desastres como el volcán de La Palma o los recientes terremotos de Turquía. También vigila el caudal de los ríos o el deshielo de los polos. Aparte, también gestionan el portal de archivos científicos de la ESA, en el que se almacenan las ingentes cantidades de datos científicos obtenidos en tres décadas de misiones espaciales y a los que puede acceder libremente online la comunidad científica mundial y, en general, cualquier persona interesada. El portal recibe cada mes unas 18.000 visitas. Este portal, que contiene petabytes de datos, representa una «biblioteca del universo», como recurso gratuito y experto, que ayuda a los científicos a arrojar luz y encontrar respuestas a los misterios del universo. MÁS INFORMACIÓN noticia No Victor Glover, primer astronauta negro que irá a la Luna: «Al principio todos eran militares, treintañeros y blancos» noticia No La margarita que ofrece sexo falso para obtener polen «Nuestra comunidad, los científicos del mundo, necesitan poder acceder a los datos contenidos en nuestros archivos científicos de una forma rápida y sencilla, y poder obtener el máximo valor de esos datos. Estos expertos confían en nuestros archivos para sus investigaciones científicas, descubrimientos y publicación de artículos científicos. Este es un gran ejemplo de cómo la tecnología y la ciencia, trabajando juntas, han sido capaces de crear nuestra maravillosa biblioteca digital del universo», concluye Álvarez Timón.
De lo más remoto de la galaxia a tu salón: así se crea el mapa en 3D de la Vía Láctea
De lo más remoto de la galaxia a tu salón: así se crea el mapa en 3D de la Vía Láctea
El famoso astrónomo Carl Sagan fue quien, en su programa de televisión ‘Cosmos’, pronunció la famosa frase de que «el número total de estrellas en el universo es mayor que todos los granos de arena en todas las playas del planeta Tierra«. Una afirmación que nos resulta difícil de creer, pero que la ciencia ha demostrado: el espacio contendría unos 300 trillones de estrellas repartidas en unas 100.000 galaxias. Solo la nuestra, la Vía Láctea, contiene entre 200.000 y 400.000 estrellas. Si se ha mareado con estas cifras, imagine los astrónomos que tratan de buscar diariamente respuestas entre ellas. Por suerte, las nuevas herramientas informáticas son unas buenas aliadas y simplifican esta ardua tarea. Un ejemplo de esta simbiosis entre ciencia y tecnología es la misión Gaia : a cargo de la Agencia Espacial Europea (ESA), este proyecto lleva desde 2013 analizando la Vía Láctea, generando el hasta ahora más completo mapa de nuestra galaxia. Hasta la fecha, ha ‘cazado’ unos 2.000 millones de objetos con los que puede crear el resto de la ‘fotografía’. «Solo puede ver un uno por ciento de todas las estrellas de la Vía Láctea -explica a ABC Rubén Álvarez Timón, director de Tecnologías de la Información de la ESA-, pero esos datos se extrapolan para crear el mapa 3D completo». Cada día, se fija en 70 millones de estrellas, produciendo 10.000 veces más datos que misiones anteriores. Y la misión se ha extendido hasta 2025, por lo que la información sigue y sigue creciendo. Para manejarla, la ESA está contando con la empresa NetApp , quien le ofrece el soporte y la plataforma no solo para custodiar esta ingente cantidad de datos, sino también quien garantiza el acceso de toda la comunidad científica, quien puede ‘bucear’ entre todos ellos y conocer desde la composición, la temperatura, la masa y la edad de las estrellas, a la velocidad en la que se alejan o se acercan a nosotros. «La ESA no puede utilizar los datos tal cual llegan desde la nave, sino que hay que transformarlos y llevarlos a una plataforma accesible, disponible para cualquier científico que requiera de esta información», cuenta a ABC Jaime Balañá, director técnico de NetApp para Iberoamérica. «Piensa en cuando mueves muchas fotos y vídeos: a veces es complicado y puedes tardar mucho; pues imagina si hablamos no de megabytes, sino de terabytes (un millón de megabytes). Solucionar esa clase de problemas es nuestro trabajo». No es la única colaboración que llevan a cabo estos dos entes. La ESA es la agencia espacial con el programa de observación terrestre más potente: Copérnico. Está diseñado para proporcionar información precisa, actualizada y de fácil acceso para mejorar la gestión del medio ambiente, comprender y mitigar los efectos del cambio climático y garantizar la seguridad ciudadana. Por ejemplo, se utilizó para comprender mejor desastres como el volcán de La Palma o los recientes terremotos de Turquía. También vigila el caudal de los ríos o el deshielo de los polos. Aparte, también gestionan el portal de archivos científicos de la ESA, en el que se almacenan las ingentes cantidades de datos científicos obtenidos en tres décadas de misiones espaciales y a los que puede acceder libremente online la comunidad científica mundial y, en general, cualquier persona interesada. El portal recibe cada mes unas 18.000 visitas. Este portal, que contiene petabytes de datos, representa una «biblioteca del universo», como recurso gratuito y experto, que ayuda a los científicos a arrojar luz y encontrar respuestas a los misterios del universo. MÁS INFORMACIÓN noticia No Victor Glover, primer astronauta negro que irá a la Luna: «Al principio todos eran militares, treintañeros y blancos» noticia No La margarita que ofrece sexo falso para obtener polen «Nuestra comunidad, los científicos del mundo, necesitan poder acceder a los datos contenidos en nuestros archivos científicos de una forma rápida y sencilla, y poder obtener el máximo valor de esos datos. Estos expertos confían en nuestros archivos para sus investigaciones científicas, descubrimientos y publicación de artículos científicos. Este es un gran ejemplo de cómo la tecnología y la ciencia, trabajando juntas, han sido capaces de crear nuestra maravillosa biblioteca digital del universo», concluye Álvarez Timón.