Para los humanos, nuestro vecino Marte es un mundo desafiante: las temperaturas máximas varían entre el cero absoluto (aunque se llega hasta unos ‘cómodos’ 20 ºC en verano en el ecuador) y los -80 ºC por la noche (130 ºC en las zonas más frías); se piensa que en el pasado pudo haber lagos, mares y ríos, pero ahora mismo el planeta rojo es un desierto que posiblemente esconda agua en el subsuelo y en las zonas sombrías, pero no tal y como la consumimos en la Tierra. A pesar de todo, el ser humano se ha propuesto viajar allí en la próxima década, si bien aún tiene por delante muchos retos que superar. Para empezar a indagar en algunos de ellos, se están llevando experimentos en entornos parecidos a Marte, pero aquí, en nuestro Planeta. Uno de estos ‘escenarios’ marcianos es el desierto de Utah (EE.UU.), donde se encuentra la estación Mars Research Desert Station, en la que se simulan las condiciones de nuestro vecino. Allí, un lugar que se parece en orografía y condiciones de poca humedad, se dirige Hypatia 1 , una misión impulsada y formada por científicas catalanas donde aparte realizar diversos experimentos que van desde botánica espacial a astronomía pasando por la crianza de peces en Marte, tratarán de mostrar a las nuevas generaciones que las mujeres pueden estar en primera fila de la exploración espacial. «Sin lugar a duda hemos progresado mucho desde que las mujeres estábamos excluidas de la comunidad científica, pero el camino es largo y todavía queda mucho por recorrer. Con el proyecto Hypatia queremos contribuir a una ciencia más inclusiva y diversa, en la que las mujeres tengan el reconocimiento y la visibilidad que merecen», explica la astrofísica Mariona Badenas-Agustí, comandante de la misión Hypatia I y principal impulsora del proyecto. Ella estará acompañada por la bióloga y divulgadora Carla Conejo; la investigadora en el NASA Goddard Space Flight Center Ariadna Farrés; la investigadora distinguida en el Institut de Ciències del Mar Laia Ribas; la periodista Núria Jar; la investigadora principal Icrea en el Institut de Microelectrònica de Barcelona, Neus Sabaté; la ingeniera en Airbus Cesca Cufí; la Product Owner y analista de datos en Scopely, Anna Bach; y la estudiante de Física e Ingeniería Mecánica y Electrónica Helena Arias. En el equipo de apoyo, contarán con la presencia de Marina Domènech, profesora especializada en mediación de conflictos y yoga para niños; Mireia Kun Masvidal, bióloga y profesora de ciencias de secundaria; Cristina Lázaro Martí, licenciada en Derecho y asesora jurídica de la misión; Celia Ventura y Gabarró, graduada en Biología Humana. Las integrantes de Hypatia I vivirán toda una aventura en condiciones de aislamiento: se tendrán que alimentar de productos deshidratados, el agua potable estará limitada a dos litros por persona y día y solo podrán comunicarse con control una vez al día y, además, no de forma síncrona, para evitar romper la simulación. Además, tendrán que gestionar los recursos, calculando las raciones; prescindir de las duchas tal y como las conocemos, ya que parte de todo el agua que tienen irá a parar no solo a su hidratación e higiene, sino también al cultivo en invernadero. También tendrán que pedir permiso para salir fuera, y vestir como astronautas en sus salidas, donde la movilidad estará limitada. Durante la misión de dos semanas se llevarán a cabo diferentes experimentos: se estudiará cómo afecta la gravedad a los peces; se plantarán soja y lentejas dentro de la estación con condiciones parecidas a las del espacio; se probará una botella marciana formada por una placa solar y dos luces, una ultravioleta que se utiliza para esterilizar el agua y otra LED, que sirve para iluminar; se probará una batería que se alimenta de compuestos de hierro y orina humana; o se llevarán a cabo test con dos sistemas de GPS marciano. Además de investigar, la tripulación Hypatia I también quiere desarrollar actividades de divulgación del universo y la exploración espacial y visibilizar mujeres científicas en las disciplinas STEAM (del inglés: Science, Technology, Engineering, Art, Maths) para inspirar vocaciones, especialmente entre las niñas y las chicas jóvenes. Las mujeres conquistan el espacio Tradicionalmente, las tripulaciones espaciales han sido claramente cosa de hombres: todas las misiones Apolo estaban formadas por astronautas blancos, de perfil militar, y en la década de los 30. Poco a poco, la tendencia ha ido cambiando, si bien aún hay mucho camino por recorrer. Por ejemplo, la NASA acaba de anunciar que la próxima tripulación que viajará a la Luna estará formada por la primera mujer y el primer hombre negro en tener asignada una misión de estas características. MÁS INFORMACIÓN noticia No Descubren que los antiguos fondos marinos están ahora en el centro de la Tierra noticia No ¿Podría haber planetas hechos de materia oscura? La misión Hypatia I quiere poner su granito de arena para combatir la discriminación por razón de género en la ciencia, en especial en la exploración espacial. Además, no quiere quedarse en la anécdota, y sus impulsoras afirman que el objetivo es hacer una segunda edición de cara a 2025 e introducir otras vías de selección de las tripulantes, ya que las actuales han sido escogidas de forma local, solo en Cataluña.
Dos litros de agua al día, sin duchas y casi sin espacio: nueve científicas catalanas se van a ‘vivir’ a Marte
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Para los humanos, nuestro vecino Marte es un mundo desafiante: las temperaturas máximas varían entre el cero absoluto (aunque se llega hasta unos ‘cómodos’ 20 ºC en verano en el ecuador) y los -80 ºC por la noche (130 ºC en las zonas más frías); se piensa que en el pasado pudo haber lagos, mares y ríos, pero ahora mismo el planeta rojo es un desierto que posiblemente esconda agua en el subsuelo y en las zonas sombrías, pero no tal y como la consumimos en la Tierra. A pesar de todo, el ser humano se ha propuesto viajar allí en la próxima década, si bien aún tiene por delante muchos retos que superar. Para empezar a indagar en algunos de ellos, se están llevando experimentos en entornos parecidos a Marte, pero aquí, en nuestro Planeta. Uno de estos ‘escenarios’ marcianos es el desierto de Utah (EE.UU.), donde se encuentra la estación Mars Research Desert Station, en la que se simulan las condiciones de nuestro vecino. Allí, un lugar que se parece en orografía y condiciones de poca humedad, se dirige Hypatia 1 , una misión impulsada y formada por científicas catalanas donde aparte realizar diversos experimentos que van desde botánica espacial a astronomía pasando por la crianza de peces en Marte, tratarán de mostrar a las nuevas generaciones que las mujeres pueden estar en primera fila de la exploración espacial. «Sin lugar a duda hemos progresado mucho desde que las mujeres estábamos excluidas de la comunidad científica, pero el camino es largo y todavía queda mucho por recorrer. Con el proyecto Hypatia queremos contribuir a una ciencia más inclusiva y diversa, en la que las mujeres tengan el reconocimiento y la visibilidad que merecen», explica la astrofísica Mariona Badenas-Agustí, comandante de la misión Hypatia I y principal impulsora del proyecto. Ella estará acompañada por la bióloga y divulgadora Carla Conejo; la investigadora en el NASA Goddard Space Flight Center Ariadna Farrés; la investigadora distinguida en el Institut de Ciències del Mar Laia Ribas; la periodista Núria Jar; la investigadora principal Icrea en el Institut de Microelectrònica de Barcelona, Neus Sabaté; la ingeniera en Airbus Cesca Cufí; la Product Owner y analista de datos en Scopely, Anna Bach; y la estudiante de Física e Ingeniería Mecánica y Electrónica Helena Arias. En el equipo de apoyo, contarán con la presencia de Marina Domènech, profesora especializada en mediación de conflictos y yoga para niños; Mireia Kun Masvidal, bióloga y profesora de ciencias de secundaria; Cristina Lázaro Martí, licenciada en Derecho y asesora jurídica de la misión; Celia Ventura y Gabarró, graduada en Biología Humana. Las integrantes de Hypatia I vivirán toda una aventura en condiciones de aislamiento: se tendrán que alimentar de productos deshidratados, el agua potable estará limitada a dos litros por persona y día y solo podrán comunicarse con control una vez al día y, además, no de forma síncrona, para evitar romper la simulación. Además, tendrán que gestionar los recursos, calculando las raciones; prescindir de las duchas tal y como las conocemos, ya que parte de todo el agua que tienen irá a parar no solo a su hidratación e higiene, sino también al cultivo en invernadero. También tendrán que pedir permiso para salir fuera, y vestir como astronautas en sus salidas, donde la movilidad estará limitada. Durante la misión de dos semanas se llevarán a cabo diferentes experimentos: se estudiará cómo afecta la gravedad a los peces; se plantarán soja y lentejas dentro de la estación con condiciones parecidas a las del espacio; se probará una botella marciana formada por una placa solar y dos luces, una ultravioleta que se utiliza para esterilizar el agua y otra LED, que sirve para iluminar; se probará una batería que se alimenta de compuestos de hierro y orina humana; o se llevarán a cabo test con dos sistemas de GPS marciano. Además de investigar, la tripulación Hypatia I también quiere desarrollar actividades de divulgación del universo y la exploración espacial y visibilizar mujeres científicas en las disciplinas STEAM (del inglés: Science, Technology, Engineering, Art, Maths) para inspirar vocaciones, especialmente entre las niñas y las chicas jóvenes. Las mujeres conquistan el espacio Tradicionalmente, las tripulaciones espaciales han sido claramente cosa de hombres: todas las misiones Apolo estaban formadas por astronautas blancos, de perfil militar, y en la década de los 30. Poco a poco, la tendencia ha ido cambiando, si bien aún hay mucho camino por recorrer. Por ejemplo, la NASA acaba de anunciar que la próxima tripulación que viajará a la Luna estará formada por la primera mujer y el primer hombre negro en tener asignada una misión de estas características. MÁS INFORMACIÓN noticia No Descubren que los antiguos fondos marinos están ahora en el centro de la Tierra noticia No ¿Podría haber planetas hechos de materia oscura? La misión Hypatia I quiere poner su granito de arena para combatir la discriminación por razón de género en la ciencia, en especial en la exploración espacial. Además, no quiere quedarse en la anécdota, y sus impulsoras afirman que el objetivo es hacer una segunda edición de cara a 2025 e introducir otras vías de selección de las tripulantes, ya que las actuales han sido escogidas de forma local, solo en Cataluña.