Una de las frases más repetidas en torno al sexo asegura que el cerebro es el órgano sexual más importante del ser humano. Ahora, un grupo de neurólogos de la Universidad de Stanford ha ampliado esta máxima a los ratones. Su estudio, que publica la revista Cell, asegura haber detectado el circuito cerebral que se activa en ratones macho desde que detectan la presencia de una hembra hasta que se despierta en ellos el deseo sexual, se induce el apareamiento y se produce la satisfacción derivada del mismo. Es la ruta cerebral que recorre un estímulo hasta convertirse en un instinto.