El Aedes aegypti, uno de los mosquitos más peligrosos del mundo por su alta capacidad de transmisión de enfermedades como el dengue, chikungunya, zika y fiebre amarilla, ya ha provocado al menos 46 casos de dengue en los Cabos de Florida (Estados Unidos) en lo que va de año. El combate es complejo y largo, pues las soluciones no son evidentes y fomentan controversia en el seno de la comunidad científica. Pero, tras varios años de lucha, las autoridades locales han aprobado un experimento para 2021: la liberación de 750 millones de mosquitos modificados genéticamente por la empresa británica Oxitec y con el acuerdo de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) para reemplazar la población salvaje. Estos machos con nuevos genes transmitirán uno de ellos a las larvas hembras que no podrán desarrollarse y morirán. Los ejemplares restantes, sin embargo, crecerán y seguirán con el proceso hasta reducir la población y la capacidad de transmisión. Con el paso de generaciones y tras cumplir su objetivo, el gen desaparecerá del ecosistema.