En 1867 nació Bjarni Saemundsson, el primer biólogo islandés que decidió dedicarse a estudiar la pesca. Lo hacía sin financiación y cuando su trabajo como profesor de instituto se lo permitía. En mayo de 1917, apareció en las redes de un barco pesquero un pez muy peculiar y lo llevaron a Saemudsson para su estudio. Se trataba de una hembra de cerátido, en concreto de la especie Ceratias holboelli. En un artículo publicado en 1922, el biólogo islandés expresa su asombro al ver el pez: