A finales del siglo XIX, un otorrinolaringólogo alemán llamado Wilhelm Fliess, amigo íntimo de Sigmund Freud, publicó uno de los mayores disparates numerológicos de todos los tiempos. Según Fliess, la vida humana se rige por ciclos de 23 y 28 días. El ciclo de 23 días es “masculino” y prevalece en los hombres, y el de 28 días es “femenino” y prevalece en las mujeres, aunque ambos ciclos afectan a unos y otras. Pero, no contento con esto, el furor numerológico de Fliess lo llevó a ver los números 23 y 28, junto con sus múltiplos y combinaciones, en todas partes.