Imaginemos a unos legionarios romanos que hubieran sobrevivido a los tiempos y estuviesen paseando por el Londres de hoy en día. Con un desajuste temporal de este calibre, el divulgador científico Marcus Chown nos invita a reflexionar acerca de las ondas gravitatorias interceptadas el 14 de septiembre de 2015, una fecha que quedará marcada para los restos en la memoria de la comunidad científica.