Ratas, piojos, cucarachas, zorros, buitres… son algunos de los animales que los nazis usaban para definir a los judíos. Pero más allá de lo evidente, utilizaron otras palabras para deshumanizarlos. Ahora, el análisis lingüístico de decenas de discursos, artículos, panfletos o póster muestra cómo el proceso de deshumanización iniciado por el nazismo antes de llegar al poder se fue modulando: en los años previos al Holocausto, el judío era representado como un ser incapaz de tener sentimientos humanos. Pero coincidiendo con el inicio del exterminio, los hebreos europeos aparecen como agentes del mal, casi como demonios instigadores de grandes amenazas. La consecuencia, buscada o no, fue rebajar las barreras morales hacia su eliminación en masa. Al final de la guerra, seis millones de ellos habían sido asesinados.