Ndume era una cría de elefante salvaje que tuvo la desgracia de presenciar cómo unos agricultores enfurecidos mataban a su madre y descuartizaban a otra cría de menor edad. Desde entonces, para Ndume las noches no volvieron a ser tranquilas. Acabó en un santuario para elefantes a las afueras de Nairobi. Los trabajadores del centro cuentan cómo el pequeño elefante se despertaba en mitad de la noche angustiado y empezaba a barritar lo más alto que podía. Era como si estuviese reviviendo en sueños el trauma del día que lo perdió todo.