¿Qué sentido evolutivo tiene que sepas las normas del Quidditch, los planetas de Star Wars o el árbol genealógico completo de los personajes de Tolkien? La gente usa su tiempo libre para consumir historias ficticias que les cuenta otra gente. Un entretenimiento generalizado: relatos falsos para un público masivo consciente de que son falsos. Libros, cómics, películas, series y videojuegos sostienen industrias millonarias que giran en torno a relatos fantásticos, desde la isla de los cíclopes en La Odisea (hace 28 siglos), hasta el reciente ganador a videojuego del año, Elden Ring. El interés por los mundos imaginarios es tan antiguo como la historia de la especie sapiens, un animal que necesita relatos para vivir, cuentos para alimentar a su cerebro.