Descubren unas extrañas señales en los cerebros de los pulpos

Los pulpos son todo un misterio: son capaces de resolver problemas muy complicados, poseen sistemas nerviosos tan evolucionados como los de los mamíferos o su bioquímica es tan diferente a todo lo demás que hay quien ha propuesto que llegaron del espacio . Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista ‘ Current Biology ‘ ha añadido un nuevo interrogante: tras monitorizar la actividad cerebral de estos cefalópodos, han encontrado unas señales que no tienen explicación. Los autores consiguieron adentrarse en la mente de los pulpos tras implantarles unos electrodos bajo la piel que podían registrar hast a 12 horas de actividad cerebral . Lo que significan exactamente las grabaciones aún no se ha descifrado, pero la investigación demuestra un primer paso para comprender los extraños e intrincados cerebros de estos animales únicos. Noticia Relacionada estandar No El cerebro de los pulpos, más parecido al humano de lo que creíamos José Manuel Nieves Entre todos los invertebrados, los cefalópodos son los únicos animales que han desarrollado grandes y complejos cerebros con distintas capacidades cognitivas «Si queremos entender cómo funciona el cerebro, los pulpos son el animal perfecto para estudiar en comparación con los mamíferos«, explica Tamar Gutnick, investigadora del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa (Japón) y de la Universidad de Nápoles Federico II (Italia). «Tienen un cerebro grande, un cuerpo increíblemente único y habilidades cognitivas avanzadas que se han desarrollado de manera completamente diferente a las de los vertebrados». Cómo poner el ‘collar’ al pulpo Los pulpos son animales muy inteligentes y extremadamente curiosos. Además, sus ocho brazos totalmente móviles les otorgan habilidades de manipulación y alcance sin rival en el reino animal. Eso dificulta poner cualquier tipo de dispositivo sobre su piel. «Si intentáramos conectarles cables, lo arrancarían de inmediato -explica Gutnick-, así que necesitábamos una forma de poner el equipo completamente fuera de su alcance, colocándolo debajo de su piel». Así, el equipo se fijó en los electrodos y dispositivos que se utilizan para rastrear la actividad cerebral de las aves en vuelo. Estos dispositivos a menudo están protegidos por una carcasa impermeable de plástico duro que tiene un perfil relativamente grande y, por lo tanto, no es adecuado para la implantación en pulpos, por lo que el equipo desarrolló una carcasa aerodinámica de tubos de plástico. Seleccionaron para su trabajo tres pulpos de la especie Octopus cyanea , también conocido como el gran pulpo azul; un pulpo grande con una cavidad dentro del manto -la ‘cabeza’ del pulpo abombada-, en donde se podría acomodar el dispositivo. Los investigadores implantaron los electrodos dentro de cada pulpo, previamente anestesiado, directamente en los lóbulos frontales superiores verticales y medianos. Después se conectaron al manto del pulpo, donde se encontraba el dispositivo registrador, que tenía una batería para registrar durante 12 horas ininterrumpidamente la actividad cerebral del animal. Una vez insertado el equipo, los autores devolvieron a los pulpos a sus tanques, que tras un tiempo, despertaron y volvieron a su actividad normal -aunque esta vez, monitorizada-. También se instalaron cámaras de vídeo para grabar lo que estaban haciendo y comparar después la actividad cerebral con el comportamiento de cada pulpo. Una vez que se completaron las grabaciones, los investigadores sacrificaron a los pulpos y recuperaron los dispositivos. Identificaron varios patrones de actividad cerebral de larga duración, incluidos algunos similares a los observados en los mamíferos. Otros patrones, sin embargo, no se parecen a nada a lo que sabemos de otros cerebros. Sin respuesta Lo que quieren decir es un misterio. Los patrones no pudieron vincularse a ninguno de los comportamientos vistos en los vídeos. Pero, aunque pueda parecer misterioso, los autores recalcan que no tiene que encerrar una gran sorpresa: las regiones del cerebro en las que se colocaron los electrodos están asociadas con el aprendizaje y la memoria, y no se requirió que los pulpos realizaran ninguna tarea de aprendizaje o memoria durante el experimento. MÁS INFORMACIÓN noticia No Odisea en la Estación Espacial Internacional: dos naves rusas rotas, tres astronautas atrapados y muchas dudas flotando noticia No Sagitario A se ‘merienda’ una nube de gas 50 veces mayor que la Tierra ante los ojos de los astrónomos Ese podría ser el foco de futuros experimentos, quizás en una gama más amplia de sujetos y especies. «Este es un estudio realmente fundamental, pero es solo el primer paso», dice el zoólogo Michael Kuba , anteriormente de OIST y ahora en la Universidad de Nápoles Federico II. «Los pulpos son muy inteligentes, pero en este momento sabemos muy poco sobre cómo funcionan sus cerebros. Esta técnica significa que ahora tenemos la capacidad de mirar dentro de su cerebro mientras realizan tareas específicas. Es realmente emocionante».