El científico japonés Tasuku Honjo hizo un descubrimiento revolucionario en 1992: una proteína humana que actúa como un freno de las defensas del organismo, bautizada PD-1. Al quitar esa traba, con un fármaco llamado nivolumab, el sistema inmune es capaz de atacar con mayor ferocidad a las células del cáncer. El propio Honjo, ganador del Nobel de Medicina hace un lustro, calcula que, probablemente, el medicamento ha salvado la vida de cientos de miles de personas desde su aprobación en 2014. El nivolumab —autorizado ya para multitud de tipos de cáncer: piel, pulmón, riñón, vejiga, hígado— no es, sin embargo, la panacea. Más de la mitad de los casos de melanoma con metástasis son resistentes al fármaco. Un equipo científico, encabezado por el médico español Antoni Ribas (Barcelona, 57 años), sugiere este jueves una nueva estrategia para contraatacar al cáncer.