En el centro de nuestra galaxia y, probablemente, en el de todas las demás, existen objetos más fáciles de nombrar que de imaginar. Los agujeros negros supermasivos tienen millones o incluso miles de millones de veces la masa del Sol, que a su vez equivale a 330.000 Tierras. El nuestro, el de la Vía Láctea, está relativamente cerca, a 27.000 años luz, y tiene tanta masa como cuatro millones de soles.