Entre 2004 y 2007, un grupo de arqueólogos excavó en Francia un cementerio de hace 6.700 años donde aparecieron más de 100 cadáveres de todas las edades. Las tumbas eran individuales y se habían excavado con cuidado para que ninguna quedase encima de otra. Apenas había objetos de valor junto a los muertos, algo raro, pues en aquella época estaba triunfando el Neolítico, la revolución que trajo a Europa el sedentarismo, la agricultura y la desigualdad. Por primera vez en la historia se pudo acumular grandes cantidades de alimento, y las primeras riquezas. Por razones desconocidas, grupos cada vez más grandes comenzaron a reunirse para levantar espectaculares monumentos megalíticos y tumbas donde se enterraba a las élites junto a objetos valiosos o sagrados, como armas y animales. En cambio, el cementerio francés parecía el de la gente corriente del momento.