El arquitecto estadounidense Irving Geis recibió un insólito encargo en 1961: dibujar a mano la primera estructura de una proteína desvelada gracias a los rayos X. Era la mioglobina, responsable de oxigenar los músculos y del color rojo de la carne. Es una especie de collar con 153 perlas, que se pliega formando ocho hélices enmarañadas. Geis necesitó seis meses para dibujarla, pero su esfuerzo logró despertar la fascinación mundial hacia ese invisible mundo interior. Ahora, la ciencia se ha acelerado. La empresa de inteligencia artificial DeepMind, propiedad de Google, consiguió el año pasado predecir con precisión la estructura de más de 200 millones de proteínas, casi todas las conocidas. Un bioinformático español, Iñigo Barrio, ha ayudado a organizar ese caos, agrupándolas por formas similares. Su trabajo revela datos sorprendentes. Los seres humanos poseen 13 estructuras exclusivas, que no aparecen en ningún otro ser vivo. Una bacteria ubicua en el suelo, la Acidobacteria bacterium, tiene casi 1.900 formas únicas.