«Ahora es cuando empieza la ciencia». Esas fueron las primeras palabras de Lori Glaze, directora de la división de ciencia planetaria de la NASA, momentos después del exitoso impacto de la nave DART contra el asteroide Dimorphos , de 160 metros de diámetro y a cerca de once millones de km de la Tierra. Dimorphos es una pequeña luna que orbita alrededor de un asteroide mayor, Didymos, de unos 800 metros de diámetro, y este sistema doble, que no representa peligro alguno para nosotros, fue seleccionado porque reunía las mejores condiciones para el histórico experimento. «Ahora que hemos impactado -dijo Glaze- es el momento de ver, de verdad, hasta qué punto fuimos efectivos. Nos embarcamos en una nueva era de la humanidad, una en la que potencialmente tendremos la capacidad de protegernos de algo como el impacto de un peligroso asteroide. ¡Qué cosa tan asombrosa! Nunca antes habíamos tenido esa capacidad.» La prueba de ayer, en efecto, nos dirá si lanzar una nave espacial a toda velocidad contra un asteroide es, o no, una estrategia viable para conseguir desviar rocas espaciales que en el futuro puedan ser una amenaza para la Tierra. Pero los datos del impacto de DART no llegarán de inmediato. Noticias Relacionadas estandar No defensa planetaria Misión DART: el primer vuelo ‘suicida’ contra un asteroide, en directo ABC CIencia estandar Si Misión DART: Primer intento de desviar un asteroide Isabel Herreros, investigadora de la misión DART: «Es como intentar darle a un mosquito a 70 kilómetros de distancia» Judith de Jorge A partir de ahora, los científicos observarán Dimorphos usando telescopios terrestres y espaciales, incluyendo el flamante telescopio James Webb , para confirmar si efectivamente la colisión consiguió alterar su órbita alrededor de Didymos. Algo que llevará varias semanas de trabajo. Los científicos esperan que el impacto frene ligeramente al asteroide, acortando su órbita, que actualmente es de 11 horas y 55 minutos, en aproximadamente un 1%, es decir, unos 10 minutos. Pero la NASA seguirá considerando que la misión ha sido un éxito si la órbita se ralentiza por lo menos 73 segundos. DART, de 570 kg en el momento del impacto, chocó frontalmente contra el asteroide a una velocidad de 22.530 km por hora y se desintegró de inmediato después de alcanzar su objetivo. Sus momentos finales fueron captados por Didymos Reconnaissance and Asteroid Camera for Optical Navigation (DRACO), un novedoso sistema que, a partir de las imágenes tomadas, dirigió automáticamente la nave espacial en su curso de colisión con el asteroide. Las últimas imágenes Dimorphos ni siquiera fue visible para DRACO hasta una hora antes del impacto. En ese momento, se convirtió en un único píxel blanco en el campo de visión de la cámara. Tres minutos antes de la colisión, el asteroide creció hasta los 42 píxeles de tamaño. Pero a medida que la nave se iba acercando a Dimorphos, sus detalles fueron cobrando forma hasta cubrir por entero el campo de visión de la cámara. Las últimas imágenes, ya muy cerca de la superficie, mostraban con total claridad los detalles de un terreno accidentado y lleno de rocas. Y la última fotografía, incompleta, se tomó justo un segundo antes del impacto, a unos 6 km de altura, por lo que la nave no tuvo tiempo de transmitirla por completo a la Tierra. Durante las próximas horas, además, los científicos podrán ver lo que pasó desde otro ángulo muy distinto gracias a LICIA Cube , una pequeña nave de apenas 14 kg de peso diseñada por la Agencia Espacial Italiana y que se separó de DART el pasado 11 de septiembre para dirigirse, por sus propios medios, a un punto de observación situado a 55 km de Dimorphos. Desde esa posición privilegiada, LICIACube enviará a la Tierra imágenes del impacto visto ‘desde fuera’, y mostrará también la columna de materiales lanzados al espacio por el choque y el cráter que se supone que DART habrá dejado sobre la superficie. Esas imágenes podrían ser mostradas hoy mismo por la NASA. Misión Hera La confirmación final del éxito de la misión, sin embargo, no llegará hasta el año 2026, cuando la misión Hera, que la Agencia Espacial Europea está terminando de construir, llegue hasta el sistema de Didymos y Dimorphos para hacer el primer estudio detallado e ‘in situ’ después del impacto. Hera recopilará información clave como el tamaño del cráter de DART, la masa de Dimorphos y su composición y estructura interna. Datos que ayudarán a convertir el experimento llevado a cabo por DART en una auténtica técnica, perfectamente estudiada y comprendida, que pueda llevarse a cabo en el futuro contra una amenaza real. En la construcción de Hera participan 17 países europeos, entre ellos España a través de la empresa GMV, que está desarrollando un sistema de control y navegación automatizado que permitirá a la nave navegar de forma segura entre los dos asteroides, de forma similar a como lo hace un automóvil autónomo. MÁS INFORMACIÓN noticia Si Cuenta atrás para el primer intento de la humanidad de desviar un asteroide noticia No La NASA desviará un asteroide: ¿Qué pasaría si uno igual cayera en Madrid? «La defensa planetaria -dijo Thomas Zurbuchen, administrador asociado de la NASA- es un esfuerzo unificador global que afecta a todos los que viven en la Tierra. Ahora sabemos que podemos apuntar una nave espacial con la precisión necesaria para impactar incluso un cuerpo pequeño en el espacio. Solo un pequeño cambio en su velocidad es todo lo que necesitamos para conseguir una diferencia significativa en el camino que recorre un asteroide».