En el imaginario colectivo, es la representación de la soberbia masculina. Un gorila macho se yergue y rápidamente se golpea el pecho con las manos ahuecadas como si tocara el tambor. El sonido se escucha a más de un kilómetro de distancia. Supuestamente, pretende deslumbrar a las hembras e intimidar a los machos rivales. Pero, ¿se está dando ínfulas? ¿Es un acto de arrogancia? Un equipo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, asegura que, lejos de fanfarronear, los gorilas utilizan los golpes de pecho para comunicar a los demás su verdadero tamaño y, quizás, incluso su identidad. En realidad, es un comportamiento honesto que parece decir: esto es lo que soy.
Los investigadores utilizaron una técnica llamada… Ver Más