El progreso va cada vez más lento: hay menos avances revolucionarios

‘Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad’, cantaban en la famosa zarzuela, pero quizás han comenzado a perder el ritmo. Un curioso estudio publicado en la revista ‘Nature’ sugiere que los avances científicos son cada vez menos disruptivos, es decir, tienen menos capacidad para romper paradigmas, suponer una innovación radical y cambiar nuestra comprensión del mundo. La investigación , llevada a cabo a partir del análisis de 45 millones de artículos científicos y 3,9 millones de patentes en seis décadas, concluye que el progreso se está desacelerando en varios campos importantes. El autor principal del artículo, Russell Funk, un profesor de la Escuela de Administración Carlson de la Universidad de Minnesota (EE.UU.), reconoce que el volumen de nuevos conocimientos científicos y técnicos ha crecido exponencialmente en las últimas décadas. Sin embargo, las nuevas ideas tienen menos ‘punch’. Los investigadores aplicaron a patentes y artículos científicos una «puntuación de disrupción», basada en los patrones de citas cinco años después de la publicación, para evaluar hasta qué punto los artículos y las patentes impulsan las ideas hacia nuevas trayectorias. De esta manera, determinaron que es menos probable que los artículos y las patentes sean disruptivos o hagan obsoletos los hallazgos anteriores y empujen la ciencia y la tecnología en una nueva dirección. Se trata de esos estudios que se reconocen con premios Nobel o se encuentran entre los mas citados de cada campo. Un ejemplo sería el descubrimiento de la estructura de doble hélice del ADN. Noticia Relacionada estandar No Científicos españoles resucitan partes de bacterias de hace 2.600 millones de años que podrán curar enfermedades genéticas Patricia Biosca El estudio abre nuevas vías en la manipulación del ADN y en el tratamiento de patologías como el cáncer o la diabetes En cambio, es más probable que los documentos y las patentes consoliden o desarrollen el trabajo previo, como la ecuación de Kohn-Sham, que mejoró las ecuaciones existentes sobre partículas de electrones. Para los autores, los científicos e inventores tienden a utilizar porciones más estrechas de conocimiento para desarrollar su nuevo trabajo. Este patrón se mantiene en todos los campos principales de la ciencia, incluida la tecnología, la medicina y las ciencias sociales. «Un ecosistema científico saludable es aquel en el que hay una mezcla de descubrimientos disruptivos y consolidación de mejoras, pero la naturaleza de la investigación está cambiando», afirma Funk. «Dado que las innovaciones incrementales son más comunes, puede llevar más tiempo lograr esos avances clave que impulsan la ciencia hacia adelante de manera más espectacular», señala. En los artículos científicos, la disminución en la puntuación de disrupción entre 1945 y 2010 varía de un 91,9% para las ciencias sociales al 100% para las ciencias físicas. En las patentes, la disminución entre 1980 y 2010 oscila entre el 78,7% para computadoras y comunicaciones y un 91,5% para fármacos y medicina. «Publicar o perecer» Una teoría para la tendencia actual es que toda la «fruta madura» de las innovaciones disruptivas ya ha ocurrido. Los investigadores también señalan la creciente carga de conocimiento que los científicos requieren para aprender, lo que significa más tiempo dedicado a la capacitación en lugar de empujar los límites de la ciencia. Según los autores, sus hallazgos exigen la necesidad de volver a imaginar cómo se lleva a cabo la ciencia. Los eruditos a veces se enfrentan a una cultura de investigación de «publicar o perecer», en la que su éxito se basa en el número de artículos que publican o las patentes que desarrollan. Los investigadores sugieren que las agencias federales (en EE.UU.) podrían introducir cambios en la financiación para apoyar mejor las carreras a largo plazo de los académicos. «Gran parte de la innovación proviene de probar cosas nuevas o tomar ideas de diferentes campos y ver qué pasa», señala Michael Park, coautor del estudio en la Universidad de Arizona. «Pero si te preocupa publicar un artículo tras otro tan rápidamente como puedas, eso deja mucho menos tiempo para leer profundamente y pensar en algunos de los grandes problemas que podrían conducir a estos avances disruptivos», reflexiona. Desafíos apremiantes A pesar de la tendencia actual, los investigadores dicen que es importante tener en cuenta que esto no significa que haya menos avances tecnológicos por descubrir. «Existe una gran necesidad de innovación para encontrar respuestas a los desafíos más apremiantes de la actualidad, desde el cambio climático a la exploración espacial », asegura Funk. «Está claro que todavía hay grandes oportunidades para que las innovaciones disruptivas sucedan y hagan mejoras para la humanidad». MÁS INFORMACIÓN noticia No La Tierra alcanza hoy su máxima velocidad: 110.700 kilómetros por hora noticia Si Observan, por primera vez, una estrella con la superficie sólida y sin atmósfera Luis Sanz Menéndez, profesor de investigación en el Instituto de Políticas y Bienes Públicos (IPP-CSIC), explica a SMC España que «las consecuencias del estudio para las políticas de ciencia en los países son muy importantes», especialmente para «garantizar que se pueda contribuir a las actividades científicas disruptivas». A su juicio, eso «requiere no solo de científicos con talento individual», sino, sobre todo, de instituciones con «altos grados de flexibilidad organizativa, interdisciplinariedad, diversidad interna, financiación estable con capacidad de desarrollar proyectos a medio plazo y buenas condiciones de trabajo para la atracción del talento», unos atributos »aún escasos entre las instituciones españolas«.