El temor de los conductores: ¿Cómo funciona un radar de velocidad?

En el año 1935 el inventor escocés Robert A Watson-Watt (1892-1973) alumbró el primer radar de la historia. Sin embargo, hubo que esperar más de dos décadas, hasta 1958, para ver el nacimiento del primer radar conectado a una cámara fotográfica, el antecedente de los impopulares radares de velocidad de nuestras carreteras. La primera cámara de control de velocidad de la historia recibió el nombre de Gatsometer o gatsómetro, en alusión a su prolífico inventor – Maus Gatsonides, apodado Maus- que, además, era piloto de coches de carrera. Maus estaba obsesionado con medir la velocidad, especialmente en los tramos de curva, para poder mejorar sus marcas. Para determinarla recurrió a un dispositivo que funcionaba gracias al efecto Doppler y que, además, llevaba asociado un disparador automático de fotografías. Noticia Relacionada estandar No ¿Cómo detienen las balas los chalecos antibalas? Pedro Gargantilla Las singularidades del Kevlar, un polímero sintético de poliamida, permiten absorber la energía cinética de las balas y evitar las lesiones corporales Este efecto se basa en una antena que emite ondas y que es capaz de medir el tiempo que tardan en regresar. Si el coche se aleja del radar, el tiempo entre las ondas aumentará, por el contrario, si se acerca al radar, disminuirá. Cinemómetros y velocidad En este momento se conoce como cinemómetro a un radar que utiliza ondas de radio o láser y se aplica al movimiento. Este tipo de aparatos se emplean para medir la velocidad de un objeto en tiempo real y son los instrumentos empleados por la DGT para hacer cumplir los límites de velocidad. El cinemómetro de láser emplea un láser infrarrojo -con una frecuencia de 33 MHz y una longitud de onda de 904 nm- que llega al vehículo y desde el cual se refleja un pulso que luz que retorna al cinemómetro. En función del tiempo y del intervalo entre pulsos es capaz de determinar la velocidad a la que viaja el automóvil. Los cinemómetros ópticos utilizan haces de luz en la región visible e infrarroja del espectro electromagnético y miden la velocidad en función del reflejo de la luz o de los intervalos existentes entre las interrupciones de los haces que se producen al ser atravesados por el vehículo. Además de estos dos tipos existen los cinemómetros de sensor, los cuales emplean cables conectados a bandas piezoeléctricas que se colocan sobre el asfalto. Cuando el vehículo pasa por encima produce presión sobre las mismas, las cuales emiten impulsos que determinan la velocidad. Umbral de tolerancia Todos estos cinemómetros tienen una característica en común –ya sean fijos o móviles-, todos ellos tienen un margen de error, lo cual significa que para que el radar ‘salte’ es preciso superar la velocidad máxima permitida. En estos momentos conocemos como umbral de tolerancia al margen que existe entre el límite de velocidad de la vía y la limitación de activación del cinemómetro. En nuestra legislación se establece que el margen de error sigue la llamada ‘regla del 7’. Esto significa que en una carretera con límite a 90 Km/h nos multaría a 97 Km/h y en una vía con límite a 120 Km/h nos informarán de un exceso de velocidad si superamos los 128,4 Km/h. MÁS INFORMACIÓN noticia No ¿Por qué las ventanillas de los aviones son redondas? noticia No ¿Por qué burbujea el agua oxigenada sobre las heridas? Así que ya sabe, si se despista y es sancionado por exceso de velocidad recuerde que la culpa la tiene un excéntrico piloto de coches, el que, por cierto, ganó el Rally de Montecarlo en el año 1953. SOBRE EL AUTOR Pedro Gargantilla Médico internista del Hospital de El Escorial (Madrid) y autor de varios libros de divulgación, en este espacio de ‘Ciencia cotidiana’ explica la ciencia detrás de los fenómenos que vivimos en nuestro día a día.