El mayor ensayo clínico realizado hasta la fecha muestra que una dieta baja en sal no evitó muertes ni hospitalizaciones en personas con fallo cardíaco, aunque sí mejoró la calidad de vida de forma moderada.
El mayor ensayo clínico realizado hasta la fecha muestra que una dieta baja en sal no evitó muertes ni hospitalizaciones en personas con fallo cardíaco, aunque sí mejoró la calidad de vida de forma moderada.