Los científicos han encontrado una misteriosa fuga en el fondo del océano Pacífico. Y no es que el agua del mar se esté perdiendo hacia el interior de la Tierra, sino todo lo contrario. La fuga, un líquido caliente y químicamente distinto del agua, se está produciendo en algún lugar bajo la corteza oceánica , para filtrarse desde allí hasta la superficie y mezclarse con el agua marina. El ‘agujero’ de donde surge el extraño líquido se encuentra justo encima de la parte superior de la falla de la Zona de Subducción de Cascadia, en el noroeste del Pacífico y frente a las costas de Oregón. Un lugar en el que se han producido algunos de los mayores terremotos conocidos. Descubierta en 2015, la fuga recibió el sugerente nombre de Oasis de Pythia, pero de inmediato se vio que se trataba de algo ‘diferente’, algo que no tiene nada que ver con otras filtraciones de agua dulce estudiadas hasta ahora. En un artículo publicado en ‘Science Advances’ , un equipo de investigadores de la Universidad de Washington sugiere que el líquido que emana de la fuga podría ser algún tipo de ‘lubricante tectónico’. Y que la fuga en sí podría ser el primer aviso de un próximo desastre en la falla de la Zona de Subducción de Cascadia. Noticia Relacionada estandar No Confirmado: ahí fuera hay ‘algo’ que rompe las leyes de la física José Manuel Nieves Se trata de las llamadas ‘fuentes ultraluminosas de rayos X’ (ULX), tan brillantes que no deberían existir Un descubrimiento casual La tectónica de placas es una disciplina aún moderna, y sólo ahora se empiezan a comprender qué detalles de las fallas geológicas pueden producir terremotos. En particular, la Zona de Subducción de Cascadia guarda muchos misterios, pero se sabe que produce un gran terremoto (de magnitud 8 o superior) alrededor de una vez cada 500 años. Terremotos que, a menudo, son seguidos por tsunamis de más de 30 metros. Los geólogos, hasta ahora, tienen pruebas de por lo menos 13 eventos de este tipo a lo largo de la Historia. En 2015, cuando los investigadores observaron por primera vez la fuga, notaron que el fluido que manaba de ella estaba casi 16 grados más caliente que el agua de alrededor. Según los nuevos cálculos, el manantial se encuentra a 4 km por debajo del fondo marino, justo en el límite de la placa. El descubrimiento fue casual, y sólo fue posible gracias a un retraso debido al mal tiempo en las labores del buque oceanográfico RV Thomas G. Thompson . Mientras estaba parado, en efecto, el sonar del barco mostró una serie de inesperadas columnas de burbujas a unos 1.200 metros de profundidad. La exploración posterior con un robot submarino reveló que las burbujas eran solo un componente menor de un fluido cálido y químicamente único que brotaba del sedimento del fondo. «Exploraron en esa dirección -explica Evan Solomon, coautor del artículo- y lo que vieron no fueron sólo burbujas de metano, sino agua que salía del fondo marino como una manguera de fuego. Eso es algo que nunca he visto, y que yo sepa nunca se ha observado antes». ¿Por qué es importante? ¿Pero por qué es importante esta filtración? Según los investigadores, la pérdida continua del fluido que hace de lubricante entre las placas tectónicas podría reducir su presión. Y esa presión reducida podría hacer que las placas se ‘bloqueen’ unas contra otras, aumentando la tensión entre ellas. En palabras llanas, es posible que el ‘estrés’ de las placas tectónicas bajo el océano con las que están bajo los Estados Unidos aumente, aumentando también la posibilidad de que ese estrés se libere en forma de terremotos. «La zona de falla es como una mesa de hockey de aire -dice Solomon-. Si la presión del fluido es alta, es como si el aire estuviera encendido, lo que significa que hay menos fricción y las dos placas pueden deslizarse una contra otra. Pero si la presión del fluido es más baja, las dos placas se bloquearán, y ahí es cuando se puede acumular el estrés». El líquido liberado al océano es, dice el investigador, como una fuga de lubricante. Y esas son muy malas noticias, porque menos lubricante significa más posibilidades de que se generen grandes seísmos. Difíciles de detectar Según Solomon, se trata del primer sitio de este tipo que se conoce en el mundo, pero su mera existencia sugiere que podría haber muchos otros similares, incluso cerca de este primero, aunque resultan difíciles de detectar desde la superficie del océano. «Pythias Oasis -dice por su parte Deborah Kelley, coautora de la investigación- proporciona una rara ventana a los procesos que actúan en lo profundo del fondo marino, y su química sugiere que este fluido proviene de cerca del límite de la placa. Esto a su vez supone que las fallas cercanas regulan la presión del fluido y el comportamiento de deslizamiento a lo largo de la zona central de subducción de Cascadia». MÁS INFORMACIÓN noticia No La misión Juice pone rumbo hacia las lunas heladas de Júpiter noticia No Misión Juice: ¿Por qué Ganímedes? El trabajo, explican los investigadores, es un recordatorio aterrador de lo poco que sabemos aún sobre el comportamiento de las placas que hay bajo nuestros pies, y de lo mucho que estamos a merced de sus imprevisibles movimientos.