Los genes de Balto, el perro que se convirtió en héroe, ponen fin al mito: ni husky, ni mitad lobo

By 27/04/2023 Portal

Su historia fue llevada al cine y tiene hasta una estatua en Central Park. Y eso que ni siquiera fue humano. El perro Balto se convirtió en un héroe nacional tras salvar la vida del pueblo de Nome, en Alaska, en 1925, cuando se declaró un brote de difteria y ni medicamentos ni alimentos podían llegar a ese lugar rodeado por el hielo y solo accesible por trineo tirado por canes. Considerado un husky siberariano, si bien se ha llegado a decir incluso que era medio lobo, el ADN ahora revela su verdadera identidad: se trataba de un perro mestizo cuya diversidad genética propició que fuera más resistente al hostil ambiente de Alaska. Los resultados, que forman parte de los once estudios derivados del Proyecto Zoonomia, la mayor base de datos genomas de mamíferos jamás realizada, acaban de publicarse en la revista ‘ Science ‘. Su vida no fue fácil. Nacido en Nome en 1919, siempre fue una decepción para Leonhard Seppala, su propietario original. Seppala se dedicaba al negocio de la crianza de perros esquimales, pequeños y rápidos. Sin embargo, Balto era robusto y fuerte, por lo que se convirtió en perro de carga. Por ello, fue castrado y no se guardan registros sobre él o su camada. Aún así, lideró el grupo del último relevo que cubrió un camino de más de 1.000 kilómetros en un tiempo asombroso de 127 horas y con temperaturas por debajo de los -10 ºC. «Maldito buen perro», le espetó su nuevo dueño, Gunnar Kaasen, quien condujo el trineo tirado por Balto. Regresa la tragedia La fama por su proeza en Nome no duró mucho: Kaasen estuvo dos años girando por Estados Unidos contando su historia. Hasta que dejó de interesar. Vendió a los perros supervivientes (incluido Balto), quienes fueron exhibidos en un museo por diez centavos la entrada en Los Ángeles, siendo maltratados. En un golpe de suerte, Balto y seis de sus compañeros vivos llamaron la atención de George Kimble, un hombre de negocios de Cleveland que visitaba la ciudad. Conmovido por la situación de los perros, preguntó el precio de la camada: 1.500 dólares que no tenía y que debían ser pagados en dos semanas. Kimble entonces estableció un ‘Fondo Balto’, recurriendo a la radio nacional y al periódico local, ‘The Plain Dealer’, para pedir donaciones. La respuesta de la comunidad de Cleveland no tuvo precedentes. El dinero se recaudó en solo 10 días y Balto y sus compañeros (Fox, Billy, Tillie, Sye, Old Moctoc y Alaska Slim) acabaron sus días en Cleveland, donde se convirtieron en celebridades locales. Cuando murió de muerte natural en 1933, Balto fue embalsamado. Actualmente su cuerpo se exhibe en el Museo de Historia Natural de la ciudad. De allí Beth Shapiro, profesora de Ecología y Biología Evolutiva de la Universidad de California, Santa Cruz, y Heather Huson, profesora Asociada de Ciencia Animal de la Universidad de Cornell, ambas autoras del estudio publicado este jueves, tomaron pruebas que fueron analizadas para conseguir el genoma de Balto. Una mezcla con más pros que contras Las muestras indican que el famoso perro sí era en parte husky siberiano, pero también tenía ascendencia de perros de trineo de Alaska, de perros de Groenlandia y mastín tibetano. Esta mezcla fue buena para Balto, ya que muestra menos genes nocivos en comparación con las razas puras modernas como los huskies siberianos y los malamutes de Alaska. Su ADN también es rico en los llamados genes de desarrollo de tejidos, que están involucrados en funciones como el crecimiento muscular, el metabolismo y el consumo de oxígeno. «En resumen, Balto vivió en una época en la que había más diversidad que la que existe hoy en día en las razas modernas, lo que probablemente hizo que estuviera mejor equipado para prosperar en ese entorno», agrega Huson. Sin embargo, la genética también revela sus limitaciones. Los perros de trineo se criaron originalmente para una gran resistencia, pero desde la época de Balto, los criadores agregaron más velocidad. «Balto podría haber sido un perro de trineo duro con mucha resistencia, pero no habría sido muy rápido», dice Huson. MÁS INFORMACIÓN noticia No Esta es la primera imagen de un agujero negro y su chorro de energía noticia No Webb consigue, por primera vez, observar el nacimiento de lo que hoy es un gigantesco cúmulo galáctico De hecho, los expertos en trineos tirados por perros saben que Balto no fue en realidad el verdadero héroe del viaje que salvó vidas en 1925. Ese honor le pertenece a un perro llamado Togo, quien lideró al equipo de Seppala en el tramo más largo de la caminata (Togo recorrió más de 400 kilómetros, muy por encima de los 80 que recorrió Balto). El verdadero protagonista no fue castrado y, además, fue cruzado como modelo de perro de trineo, por lo que el siguiente paso puede ser obtener una muestra de los restos de Togo y revelar el último capítulo de este drama genético canino.