La Agencia Espacial Europea (ESA) intentará una misión pionera: conseguir que un viejo satélite, ya en desuso, caiga de manera «semicontrolada» a la Tierra. Un esfuerzo titánico en el que está involucrado tanto personal e infraestructuras como en las operaciones de un lanzamiento, y con el que la ESA pretende demostrar su compromiso para acabar con el creciente problema de la basura espacial . El satélite elegido es Aeolus, una sonda que durante años ha estado midiendo la velocidad del viento a diferentes alturas en la atmósfera. Se ideó en los noventa, en un momento en el que el problema de los desechos espaciales ni siquiera estaba en las agendas. A diferencia de la mayoría de las misiones actuales, en las que se incluye un sistema de reentrada con propulsores específicos para que, una vez finalice su vida útil, los restos caigan sobre un punto determinado de la atmósfera y se desintegren sin peligro, las viejas misiones solo tenían en cuenta que estos restos, efectivamente, caerían sobre nuestras cabezas, aunque no contemplaban el lugar exacto. Este es el caso de Aeolus. Noticia Relacionada estandar No Los científicos avisan: el espacio está en riesgo José Manuel Nieves Una serie de artículos publicados en ‘Nature Astronomy’ analiza el impacto de la basura espacial y de los satélites de baja órbita en las observaciones de los telescopios terrestres y espaciales «Es una operación complicada», explicaba en rueda de prensa online Isabel Rojo, directora de operaciones de vuelo de la ESA. Ella será la encargada de guiar al equipo en todos los pasos, que se sucederán desde el próximo lunes al viernes por la tarde o noche, momento en el cual está previsto, si todo va según lo planeado, que Aeolus , de 13 metros de envergadura y 4 metros de largo, se desintegre en su mayor parte en su roce con la atmósfera. «Algunos trozos podrían sobrevivir a la reentrada -explicó-. En este caso, caerán en algún punto del Océano Atlántico». Ahora mismo, la sonda se encuentra a unos 300 kilómetros de altura sobre la superficie terrestre, orbitando la Tierra constantemente en una espiral descendente. El lunes alcanzará los 280 kilómetros de altura, pero se llevarán a cabo unas maniobras para descender hasta los 250 kilómetros. El cambio de posición se hará gracias al remanente de combustible de sus cohetes que, no obstante, «no fueron diseñados para una reentrada», señaló Benjamin Bastida, ingeniero de sistemas de basura espacial de la ESA y quien se encargará de la misión una vez sus restos crucen nuestra atmósfera. Desde este punto, el equipo recalibrará la posición durante los días siguientes hasta que el jueves se lleve a cabo un nuevo descenso, esta vez hasta los 150 kilómetros de altura. Si todo continúa según lo previsto, el viernes, con una nueva tanda de maniobras, se alcanzarán los 120 kilómetros. «Una vez llegado ahí, se espera que la reentrada se produzca unas dos horas después, en la tarde o noche del viernes», indicó Bastida. Si todo falla, ¿qué ocurrirá? Desde la ESA indicaron que se trata de unas maniobras pioneras nunca probadas hasta la fecha, por lo que contemplan que no salga todo a la perfección. «Hay que recordar que la misión de Aeolus, que es la científica, se ha conseguido con creces -señaló Rojo-. De hecho, se lanzarán dos misiones más con la misma tecnología en el futuro; pero si algo no sale como está previsto, la sonda reentraría en la atmósfera tal y como se contemplaba en un principio: de una forma no controlada, pero sin apenas peligro para las poblaciones humanas». Porque, según detalló Bastida, encargado de la ESA de monitorizar toda la basura espacial que diariamente cae sobre la Tierra, «todas las semanas se producen reentradas no controladas del tamaño de Aeolus, sin riesgo para las personas». Esto es así por pura estadística: la mayor mayoría de la superficie de nuestro planeta está cubierta por agua, por lo que las probabilidades de que caigan sobre tierra son reducidas. Además, las zonas pobladas se concentran en determinados puntos, por lo que la posibilidad de que afecten a estos núcleos se disminuye aún más. MÁS INFORMACIÓN noticia No Las plantas en el dormitorio, ¿nos roban el oxígeno mientras dormimos? noticia Si El arma más antigua de la humanidad, más sofisticada de lo que se creía: mataba un conejo de un golpe a 30 metros Es por ello que, si alguna de las maniobras falla y finalmente no se puede llevar a cabo la reentrada controlada, el satélite caerá de todas formas con la salvedad de que el descenso se demorará como tarde hasta mediados de agosto. «En cualquier caso, el peligro es mínimo», señaló Bastida.