James Webb observa una de las primeras hebras de la ‘telaraña cósmica’

Las galaxias no se distribuyen al azar por el universo. Y no solo se reúnen para formar grupos (cúmulos y supercúmulos), sino que también se alinean, todas en fila, en largas hebras de luz que se entrecruzan para formar una descomunal estructura filamentosa, repleta de gigantescos vacíos estériles entre medias. Una suerte de ‘telaraña cósmica’ que comenzó siendo tenue, pero que se fue haciendo más tupida y resistente con el paso del tiempo, a medida que la gravedad iba uniendo la materia del Universo. Y ahora, utilizando el Telescopio Espacial James Webb , de la NASA, un equipo internacional de astrónomos ha descubierto una de las primeras hebras en formarse: un hilo de 10 galaxias que ya existían sólo 830 millones de años después del Big Bang. La primitiva estructura tiene unos 3 millones de años luz de largo, está ‘anclada’ por un luminoso cuásar (el núcleo activo y muy brillante de muchas galaxias) y, según los investigadores, se convertirá en un cúmulo masivo de galaxias, muy parecido al conocido Cúmulo de Coma, en el Universo cercano, que contiene más de mil galaxias individuales. El hallazgo se acaba de publicar en dos artículos ( aquí y aquí ) en la revista ‘The Astrophysical Journal Letters’. Noticia Relacionada estandar No El rumor era cierto: observan, por primera vez, el fondo cósmico de ondas gravitacionales José Manuel Nieves El hallazgo permitirá responder algunas de las preguntas más importantes sobre el origen de las galaxias, los agujeros negros y el Universo mismo «Se trata de una de las estructuras filamentosas más antiguas que se haya encontrado asociada a un cuásar distante«, afirma Feige Wang, de la Universidad de Arizona y autor principal del primer artículo. Según el investigador, esta es la primera vez que se observa una estructura de este tipo en un momento tan temprano de la historia del Universo. »Me sorprendió lo largo y angosto que es este filamento -afirma por su parte Xiaohui Fan, coautor de ambos artículos-. Esperaba encontrar algo, pero no una estructura tan larga, delgada y claramente distinguible«. El hallazgo forma parte del proyecto ASPIRE, una gran colaboración internacional dirigida por investigadores de la Universidad de Arizona, con Wang como investigador principal. El objetivo de ASPIRE, que significa A SPectroscopic Survey of biased halos In the Reionization Era, es estudiar los entornos cósmicos de los primeros agujeros negros. El programa observa 25 cuásares que existieron dentro de los primeros mil millones de años después del Big Bang, un tiempo conocido como la ‘Época de Reionización’. Ocho cuásares desconcertantes Otra parte del estudio está dedicada a investigar las propiedades de ocho cuásares en el universo joven. El equipo confirmó que sus agujeros negros centrales, que existieron menos de mil millones de años después del Big Bang, varían en masa desde 600 millones hasta 2 mil millones de veces la masa de nuestro Sol. Los astrónomos siguen tratando de explicar cómo estos agujeros negros pudieron crecer tanto y tan rápido. MÁS INFORMACIÓN noticia No Los neutrinos, las ‘partículas fantasma’ del Universo, revelan una imagen nunca vista de la Vía Láctea noticia No Podcast de Ciencia | ¿Canibalismo hace un millón y medio de años? «Para formar estos agujeros negros supermasivos en tan poco tiempo -explica Wang- se deben cumplir dos criterios. Primero, el crecimiento debe empezar a partir de un agujero negro ‘semilla’ que ya sea masivo. En segundo lugar, incluso si esta semilla comienza con una masa equivalente a mil soles, todavía necesita acumular un millón de veces más materia al ritmo máximo posible durante toda su vida».