El ADN que habita en nuestras células es el código de instrucciones que necesitamos para vivir. Sin embargo, son las proteínas las verdaderas ‘máquinas’ que ejecutan las órdenes que ponen en marcha nuestro día a día. Su forma de trabajar es plegarse de determinada forma, hasta alcanzar una estructura tridimensional que juega un papel determinante en su misión. Si sabemos cómo son, podemos predecir qué harán, lo que es clave para crear nuevos fármacos. Pero, aunque la teoría suene sencilla, lo cierto es que la práctica es bastante más compleja: las proteínas pueden plegarse en un número casi infinito de estructuras y predecir su configuración final es casi imposible, lo que provoca que el trabajo de laboratorio se pueda extender… Ver Más