La política y sus acerbas controversias diarias forman parte ya de los medios de comunicación y hasta nuestras vidas con la misma capacidad de penetración que el fútbol o la prensa rosa. Hasta hace poco, la política no era el tema principal en los medios, ahora lo es casi siempre.
En el siguiente estudio, aún preprint, se sugiere que estar sometido a los vaivenes diarios de la política, que nos obliga a posicionarnos, nos polariza, nos decepciona, nos hace odiar a determinados actores o mostrar adhesiones inquebrantables para surfear la disonancia cognitiva, finalmente, actúa como un estresor, evoca emociones negativas y afecta negativamente a nuestra salud.
Política y bienestar psicológico
En los dos experimentos realizados en el estudio citado, se pidió a más de mil estadounidenses que llevaran un diario durante 14 o 21 días. Al final de cada día, debían registrar la historia política en la que más habían pensado ese día y sus reacciones emocionales. También se les pidió que informaran sobre otros detalles más generales sobre su bienestar psicológico y físico y su motivación para emprender cualquier acción política.
A continuación, un ejemplo del diario de 14 días de una persona. La línea azul marca cuán negativa fue su respuesta emocional a la política ese día; aquí, alto significa más negativo, bajo significa más positivo. La línea roja discontinua es una medida general del bienestar psicológico de la persona. Podemos ver que las dos líneas parecen moverse de manera similar. Los días 4 y 8, cuando no pensaban en política, se sentían bastante bien, considerando todo. En los días con grandes noticias políticas, no tanto.
En otras palabras: la política realmente puede arruinar tu día. En este estudio, los demócratas y liberales tuvieron reacciones emocionales más negativas a la política que los republicanos y conservadores, pero es difícil discernir cuánto de eso se trata del partidismo y cuánto se trata solo del contenido específico de las noticias políticas en los días que se están midiendo.
Pasar a la acción
La política ha adoptado un papel protagónico en nuestra vida diaria, lo que también nos empuja a tener más opiniones sobre ella, a acudir a más protestas y a pretender cambiar lo establecido, pero esta sobreexposición también afecta negativamente a nuestro bienestar psicológico. ¿Cómo se puede, entonces, estar comprometido con la política sin sufrir por ello?
Muchos de los sujetos informaron haber usado algún tipo de estrategia para lidiar con sus emociones negativas, como la “reevaluación cognitiva (por ejemplo, recordarse a uno mismo que una situación no es tan mala como parece, o que incluso las situaciones malas pueden tener partes buenas) la “distracción» (desconectarse de las conversaciones angustiantes o cambiar el canal de las noticias perturbadoras) o «supresión expresiva» (ocultar sus emociones a los demás en la vida diaria)
Es comprensible que la gente intente con frecuencia regular sus emociones inducidas por la política; y regular con éxito estas emociones mediante estrategias cognitivas predijo un mayor bienestar, pero también una motivación más débil para actuar. Aunque las personas pueden protegerse del impacto emocional de la política, las estrategias de regulación de uso frecuente parecen reducir la acción.
La distracción es la técnica más relevante, ya que está ligada a la evasión de noticias. En el primer estudio, los sujetos informaron que intentaron distraerse de la política el 80 por ciento de los días. Aquellos que lo hicieron se sintieron mejor, informaron de niveles más bajos de emoción negativa. En el segundo estudio, los sujetos informaron que intentaron distraerse el 56 por ciento de los días, en comparación con el primero.
Pero distraerse con éxito de la política también, como era de esperar, redujo el interés de los sujetos en emprender cualquier forma de acción política: asistir a una protesta, ofrecerse como voluntario para una campaña, donar a un candidato, llamar a sus senadores, etc. En otras palabras, las noticias políticas pueden hacerte sentir miserable, pero esa desdicha puede ser muy útil para impulsarte a hacer algo al respecto. Ese hallazgo resultó consistente entre demócratas, republicanos e independientes.
Para examinar si un enfoque alternativo de las propias emociones podría evitar este compromiso, se midió la aceptación emocional en uno de los experimentos (es decir, aceptar las propias emociones sin intentar cambiarlas) y se descubrió que la aceptación exitosa predijo un mayor bienestar diario, pero no un impedimento para acción política.
En general, esta investigación destaca cómo la política puede ser un factor estresante crónico en la vida diaria de las personas, subrayando la influencia de gran alcance que tienen los políticos más allá de los poderes formales que se les han otorgado.
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La noticia
Las controversias diarias de la política nos estresan y empeoran nuestra salud
fue publicada originalmente en
Xataka Ciencia
por
Sergio Parra
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