Los recursos de una isla remota, marginada de todo el planeta y de poco más de 163 kilómetros cuadrados, son finitos. En ese pequeño espacio, el aumento de la población supone uno de los mayores retos, pues, poco a poco, el terreno para el uso agrícola se vuelve insuficiente. Es lo que ocurrió con los habitantes de la isla de Pascua (Chile), los rapanui, que sufrieron un gran declive de su población por falta de alimento. En su momento se extendió la falsa creencia de que ellos fueron los propios causantes de su desaparición por abusar de su sistema. Sin embargo, su colapso no llegó solo por su mal proceder. Un nuevo estudio publicado en Proceedings of the Royal Society demuestra que el cambio climático, la llegada de los europeos y las epidemias también tuvieron mucho que ver.