El 27 de septiembre del año pasado la humanidad hizo historia: por primera vez demostró que su tecnología es capaz de desviar un asteroide, lo que podría ser clave en futuras amenazas cósmicas a la Tierra. La misión DART (siglas de Double Asteroid Redirection Test ) fue todo un éxito, pese a que la apuesta era arriesgada: a lo ‘Deep Impact’, una nave tenía que estrellarse contra Dimorphos , un asteroide cercano a la Tierra de 160 metros de diámetro, que orbita otra roca más grande llamada Didymos , de 800 metros de punta a punta. Un objetivo comparable con intentar alcanzar un mosquito a 70 kilómetros de distancia. La misión, impulsada por la NASA , fue todo un éxito: desde el principio se observó una desviación de mucho más de lo esperado, así como diferentes trayectorias del polvo desprendido por el impacto. Ahora, apenas seis meses después de aquella proeza, llega la parte científica. La revista ‘Nature’ ha publicado cinco estudios -entre ellos dos con participación española- en los que se reconstruye la misión y las consecuencias del choque de DART con Dimorphos. «Aún no podemos detener los huracanes ni los terremotos, pero hemos aprendido que podemos evitar el impacto de un asteroide con tiempo, avisos y recursos suficientes«, afirma Derek Richardson , profesor de astronomía de la Universidad de Maryland (UMD) y jefe del grupo de trabajo de la investigación DART. «Con el tiempo suficiente, un cambio relativamente pequeño en la órbita de un asteroide haría que no alcanzara la Tierra, lo que evitaría que se produjera una destrucción a gran escala en nuestro planeta». Noticias Relacionadas estandar No defensa planetaria Misión DART: el primer vuelo ‘suicida’ contra un asteroide ABC CIencia estandar No Los telescopios Webb y Hubble captan a la vez el impacto de la NASA en un asteroide Judith de Jorge En el primero de los estudios, Cristina Thomas y sus colegas de la Universidad del Norte de Arizona (EE. UU.) determinan el cambio en el período orbital de Dimorphos alrededor de Didymos después del impacto de DART. Si bien desde el principio se estimó que el tiempo que tarda en orbitar el asteroide pequeño sobre el grande se redujo tras la colisión más de 30 minutos, con este trabajo, comprobado por dos vías independientes, se señala que la desviación fue de alrededor de 33 minutos, validando así los primeros análisis. Por su parte, Ronald Terik Daly , de la Universidad Johns Hopkins, reconstruye junto a su equipo el minuto a minuto del impacto de la nave espacial en Dimorphos, «lo que puede ayudar con la planificación de futuras misiones y a predecir los resultados con más certeza». También describen la ubicación y la naturaleza del sitio del impacto, señalando que fue entre dos rocas, una de las cuales fue rozada por la nave espacial cuando hizo contacto con el objetivo. El equipo obtuvo información importante sobre la cronología general del impacto, la ubicación y la naturaleza del lugar del impacto, y el tamaño y la forma de Dimorphos. Para su sorpresa, encontraron que el pequeño asteroide era un esferoide achatado, o un cuerpo esférico ligeramente aplastado, en lugar de una forma más alargada que se esperaba de las predicciones teóricas. «Tanto Didymos como Dimorphos tienen una forma más blanda de lo esperado – afirma Jessica Sunshine, del Departamento de Astronomía de la UDM-. Esta forma también desafía algunas de nuestras ideas preconcebidas sobre cómo se forman estos asteroides y complica la física detrás de DART, porque nos impulsa a repensar nuestros modelos actuales de asteroides binarios«. Además de la forma irregular de Dimorphos, los científicos también notaron que la superficie del asteroide era notablemente pedregosa y en bloques. Esta cualidad geomórfica probablemente influyó en la formación de cráteres, la cantidad y las propiedades físicas de la eyección (desechos expulsados de los impactos) y el impulso de un impacto tipo DART. Al respecto, Jian-Yang Li y sus colegas del Programa de Investigación de Ciencias Físicas de la NASA informan de las observaciones del telescopio espacial Hubble de la columna de eyección (desechos creados por el impacto), cuya velocidad y evolución pueden explicar el cambio de momento causado por el impacto. En este estudio participaron los investigadores del Centro de Astrobiología (CAB), INTA-CSIC Jens Ormö e Isabel Herreros , quienes descubrieron que la velocidad y la evolución de este material eyectado pueden explicar el cambio de impulso (cantidad de movimiento) provocado por el impacto. Porque, según se desprende de los datos, la nave espacial DART no fue el único motivo por el que Dimorphos se movió: un empujón adicional fue causado por violentas eyecciones de escombros cuando la nave espacial se estrelló contra la diminuta luna del asteroide. Se ha propuesto que algunos asteroides activos son el resultado de impactos naturales. Dado que los asteroides activos suelen descubrirse por casualidad tras la formación de una cola, nunca se ha observado directamente el proceso por el que el material eyectado en el impacto se convierte en cola. Con la misión DART, eso ha cambiado. Andrew Cheng , científico jefe de Ciencias Espaciales en el Laboratorio de Física Aplicada de Johns Hopkins (APL) y sus colegas descubrieron que la velocidad orbital de Dimorphos se redujo después del impacto. Su teoría es que la transferencia de impulso de la nave espacial al asteroide se vio reforzada por el retroceso de las corrientes de eyección producidas por el impacto. Las observaciones de Dimorphos antes, durante y después del impacto, realizadas por una red global de telescopios de ciencia ciudadana (incluidos tres en la Isla Reunión y uno en Nairobi, Kenia, que capturaron el momento del impacto), son recogidas en el trabajo encabezado por Ariel Graykowski , del instituto SETI, en California. En este estudio , estiman la masa y la energía del polvo expulsado y su evolución en el tiempo, lo que puede ayudarnos a comprender los resultados de las misiones de impacto. Proponen que la transferencia de impulso de la nave espacial a la luna se vio reforzada por el retroceso de las corrientes de eyección producidas por el impacto. MÁS INFORMACIÓN noticia No Un experimento consigue, por primera vez, diluir la nebulosa frontera entre la Química y la Mecánica cuántica noticia No El ADN de un hombre de hace 23.000 años sugiere que la península ibérica fue un refugio aislado en la Edad de Hielo «El éxito del impacto de la nave espacial DART contra Dimorphos y el cambio resultante en la órbita de Dimorphos demuestran que la tecnología de impactores cinéticos es una técnica viable para defender potencialmente la Tierra en caso necesario», recalcan desde el CAB.