Multitud de religiones de todo el planeta coinciden en un mismo relato de la creación del ser humano, en el que un dios todopoderoso fabrica de la nada a las mujeres y a los hombres con un cerebro ya bien amueblado. La realidad es mucho menos lírica, como sugieren los placozoos, unas criaturas animales de menos de un milímetro que flotan en el agua marina como granos de arena. Pasan desapercibidos, pero son extraordinarios. Al microscopio, son como diminutas tortitas, sin ningún órgano y mucho menos un cerebro. Sin embargo, estos extraños animales son capaces de coordinarse para atacar en grupo a sus presas. El equipo del biólogo español Arnau Sebé Pedrós revela este martes que en las células de estos insólitos seres ya se intuye el origen de las neuronas, responsables del pensamiento humano.