Entrevista: “América Latina liderará el emprendimiento femenino en el mundo”

Por 30/09/2020 Noticias

Entrevistamos  a Susana Garcia-Robles, una mujer líder en el ámbito del emprendimiento global quien, además, participó del coloquio “Ecosistemas de Emprendimiento de América Latina y el Caribe”, dentro del ciclo “Ciencia en Movimiento”. En esta nota relata dónde se centran los desafíos regionales del mundo emprendedor, atravesado por la pandemia.

Susana Garcia-Robles, actual venture partner de Capria Ventures, comenzó a vincularse con el universo emprendedor cuando ese mundo todavía no tenía la popularidad que ha alcanzado en la actualidad. Su mérito fue doblemente significativo porque, de hecho, se vinculó desde un fuerte compromiso de género cuando todavía el terreno estaba dominado mayoritariamente por hombres poderosos. En la década del 90, Garcia-Robles impulsó y fortaleció el rol de la mujer en esta actividad e incursionó en una destacada trayectoria profesional que hoy la ubica como uno de los referentes más sustantivos del ambiente.

Egresada de la Columbia University de Nueva York, García Robles co-fundó WeXchange, la primera plataforma de networking y concurso de presentación para mujeres emprendedoras de alto crecimiento en América Latina y el Caribe, desde 2012, y luego hizo lo mismo con WeInvest, una plataforma para mujeres inversionistas en la región.

Tiene más de 20 años de experiencia en inversiones de fondos semilla y capital de emprendedor en América Latina y el Caribe, construyendo, además, ecosistemas empresariales y trabajando en conjunto con gobiernos y junto al sector privado. Se convirtió, también, en uno de los principales pilares en el diseño de la estrategia FOMIN/BID Lab para la inversión de impacto de capital semilla y emprendedor en esta parte del mundo, hasta el punto de que ha sido apodada como “la madrina” del capital emprendedor en LAC.

En esta oportunidad, UNESCO Montevideo la entrevistó para saber cómo se encuentra la actividad en la región, qué impactos arrojó la pandemia y dónde se ubican los principales desafíos que América Latina y el Caribe debe visualizar para potenciar su desarrollo.

¿Puede definirse a América Latina y el Caribe como una región emprendedora?

Absolutamente, la garra emprendedora y la resiliencia se han comprobado más que nunca durante la pandemia. La región cuenta con emprendedores que vienen de todas partes, el obstáculo es la falta de acceso al financiamiento que dificulta que muchas startups ganen tracción y puedan escalar. Lo que en inglés se llama “entrepreneurial grit”, esa capacidad de reinventarse ante los obstáculos y salir “bien parado”, es algo que los emprendedores de la región conocen muy bien, por el número de crisis de todo tipo que hemos atravesado en nuestros países. Me atrevo a decir que es por eso que hay buenas historias aún con la pandemia, pasado el momento inicial del shock en abril.

Los emprendedores e inversores reaccionaron, se cerraron rondas importantes y se lograron salidas a múltiplos atractivos. A la vez, hay que reconocer que los ecosistemas están aún incipientes en la región y falta coordinación entre los diferentes actores que lo integran: gobierno, reguladores, academia, proveedores de servicios (abogados y auditores que entiendan de VC), emprendedores, vehículos financieros desde incubadoras a mercados de capitales, pasando por redes de ángeles, aceleradoras, company builders y fondos de capital semilla y emprendedor, entre otros.

¿Qué elementos o condiciones hacen falta para potenciar ese desarrollo?

Algunos países tienen ecosistemas más desarrollados, es el caso de Brasil, Argentina, Chile, Colombia, México, y otros transitan un incipiente pero prometedor desarrollo, es el caso de Barbados, Jamaica, Perú, Uruguay, Ecuador, Bolivia, Guatemala y Costa Rica. La entrada de aceleradoras y company builders ayudó mucho para que se democratice más el acceso al financiamiento, y también las mujeres entraron con más fuerza a emprender -muy necesaria esta integración de géneros para obtener mejores resultados financieros-.

Pero aún falta mucho:

  • hay países que no tienen fondos de venture capital o capital emprendedor,
  • las redes de ángeles no están muy activas, o si lo están invierten en pocas compañías,
  • no hay bancos que otorguen lo que en inglés se llama “venture debt”: préstamos que sean para compañías jóvenes tecnológicas sin activos, que se pueden customizar para no imponer una carga exagerada en momentos de financiamiento temprano, y que ayuden a que el equipo emprendedor no se diluya muy temprano en el proceso de captación de fondos,
  • las regulaciones de los diferentes países no son muy amigables para esta clase de activo e impositivamente faltan incentivos para los inversores individuales y redes de ángeles, y
  • el gobierno debería ser un inversor más en algunos fondos, con programas como el de México, Colombia, y pronto Perú, en donde el rol de catalizador de la industria se operacionaliza invirtiendo junto con el sector privado, en fondos de VC y PE administrados por firmas profesionales del sector privado y donde el gobierno no tiene injerencia.

La falta de estos elementos hace una gran diferencia: recordemos que un emprendedor sin acceso al financiamiento es como una especie en extinción: no puede sobrevivir.

¿Eres optimista en relación a que podrá conseguir?

He visto el desarrollo de la región desde el año 1999. Antes llevaba más tiempo el crear conexiones y construir puentes, porque el mundo no estaba tan digitalizado ni globalizado en su enfoque de ecosistemas. Vengo observando desde ya hace varios años –siete u ocho- que hay mucho dinamismo en la región, ganas de invertir, no solo en ciudades o países individuales, sino de crecer la expansión hacia otros países de la región. Hay fondos de México, Chile, Argentina y Brasil que tienen una tesis regional, como la de la Alianza del Pacifico, o el Cono Sur, logrando así una fertilización cruzada de ecosistemas más desarrollados con ecosistemas más incipientes.

En Ecuador, Perú o Bolivia, por ejemplo, hay emprendimientos, pero casi no hay ningún fondo de VC. Pero si un fondo de otro país tiene a estos países como uno de sus países meta, el ecosistema se agiliza. El COVID aceleró la digitalización de la región y a pesar de la falta de contacto humano, estamos frente a más colaboradores que antes.

¿Se puede definir un perfil prototipo de emprendedor latino o ese espíritu es transversal a toda clase social y cultural?

El emprendedor latino, y casi me atrevo a decir que es el emprendedor en mercados emergentes, está familiarizado con la tecnología, es innovador, pero tiene una alta dosis de frustración: camina por las calles de la ciudad o comunidad en que nació o trabaja, quiere quedarse en donde esta y mejorarla, pero ve inmensos desafíos: gente sin acceso a financiamiento básico, educación, telemedicina, vivienda digna, saneamiento, energía … Y emprende para solucionar esos desafíos. Nadie mejor para proveer una solución a un desafío que aquel que lo sufre. Me animo a decir que ésta -más que imitar Silicon Valley o Israel- es la sala secreta del emprendimiento latinoamericano: altas dosis de innovación, uso de tecnología y frustración que se convierte en el motor de creación de estas empresas.

 

¿Cualquiera que quiera puede emprender?

Ojalá ese fuera el caso…Por lo dicho anteriormente, las condiciones aún no se dan de manera equitativa para todos los países, y dentro de los países, para todas las provincias, estados o departamentos, etc. Irónicamente a veces alguien de otro país descubre el talento emprendedor en un país que no cuenta con un ecosistema desarrollado y que no está apoyando a sus emprendedores locales. Hay algunos fondos en Centroamérica que pueden invertir por ejemplo en Ecuador, pero hay pocos en Ecuador impulsando la industria.

 

¿Qué rol juega la mujer en el mundo emprendedor latinoamericano?

Creo que he visto en los últimos ocho años un despertar del emprendimiento STEM femenino. Nunca me imaginé que el intra-emprendimiento que co-fundé con quien hoy es una emprendedora en fintech viviendo en Alemania, Monica Pina Alzugaray, mientras las dos estábamos en el Banco Interamericano de Desarrollo, WeXchange, se convertiría en el catalizador de muchas otras iniciativas locales alrededor de este tema. De 59 rondas de inversión que pasaron en el primer semestre 2020, 24 tienen equipos con mujeres, lo cual también indica un avance en la industria.

Cuando comenzamos había muy pocos fondos en la región con mujeres en sus equipos, aun menos con mujeres socias; la excepción era NXTP en ese momento. Hoy estamos viendo un gran interés de muchos gestores de fondos de incorporar mujeres en el liderazgo de la firma, o en el comité de inversiones: DILA, ALLVP, Jaguar Ventures, 500Startups Mexico, Adobe, Angel Ventures, Inversor Colombia, Magma, Cometa, Aurus Chile, Nazca Ventures, Maya Ventures, EWA Capital, Más Equity, VOX Capital, SP Ventures, la lista ha crecido exponencialmente!

La pandemia también mostró el poder del emprendimiento femenino en sectores como educación (Arukay, Lab4u, Mujeres en carrera); salud (UNIMA, Delee, Llamando al Doctor, Eolo-Pharma, Woom Fertility, SouSmile); fintech (Nubank, Kushki, Conekta, Afluenta, Akredito,IMIX, Creci); marketplaces, HR tech y proptech (MiVideoCV, Alquilando.com; Bricksave, Canasta Rosa, Go Trendier, LOFT, Solides), todas startups con equipos compuestos por hombres y mujeres.

¿Y en el mundo emprendedor global?

Creo que LATAM va a liderar más en los próximos años en este tema que Silicon Valley, por ejemplo…América Latina se posiciona como la región que liderará el emprendimiento femenino en el mundo.

 

¿De qué depende que una idea pueda convertirse en un proyecto exitoso y viable?

De que se forme un equipo de emprendedores que sea capaz de concretar la idea en una startup, que no se enamore de la solución que han pensado, pero sí del problema que hay que resolver, que tengan un entendimiento del mercado y sus competidores, y que no acepten inversores que les pidan mucha participación accionaria pero solo den dinero, sino que vayan por inversores que le den “smart capital”: ayuda en estrategias, abrir puertas, compartan mejores prácticas, además de la inversión monetaria.

 

¿En qué punto afecta la pandemia a todo el proceso emprendedor?

Las compañías más afectadas aparte del sector turístico, hotelero y de viajes, fueron aquellas que no habían incorporado tecnología en su modelo de negocios y aquellas que no pudieron pivotear y digitalizarse al comienzo de la pandemia. Las startups que habían cerrado rondas de inversión no se vieron tan afectadas porque se encontraron con runway de 12-18 meses. Otras vieron sus revenues bajar a cero en un mes, y si no tenían efectivo en su caja, su vida se acortó por muchos meses … la recuperación no fue pareja: aquí fue fundamental tener emprendedores ágiles y con visión. El gran parón se dio en abril y de a poco, los revenues se han recuperado y los fondos de capital emprendedor que tenían dinero empezaron a reactivarse, primero invirtiendo y apoyando a las buenas compañías ya en sus portafolios, y después mirando nuevas inversiones en equipos que ya conocían.

El levantar fondos ha tenido gran impacto en las startups y en fondos que estaban comenzando su proceso de fundraising, o que son gestores por primera vez, ya que los inversionistas tienen que minimizar los riesgos.

¿Son cambios reversibles o, esas modificaciones acabarán por instalar un nuevo esquema a la hora de emprender?

Creo que lo fundamental es que las compañías que no tengan tecnología en el core de sus modelos tendrán menos chances en el futuro, ya que la tecnología nos ha salvado no solo en el tema de negocios sino a nivel personal también. Las compañías enfocadas en los sectores “Nice to Have” también tendrán menos chances porque COVID nos ha enfocado en los sectores resilientes, los “Must Haves” como son los que dan acceso a servicios básicos indispensables en pandemia o no cobrarán aún más relevancia. También sabemos que aunque COVID en algún momento se volverá menos importante (cuando tengamos la vacuna, etc.), vendrán otras crisis, y en general, esto ha sido un llamado a volver a lo básico, con más moderación en gastos a todos los niveles, por ejemplo muchas compañías han decidido no volver a oficinas físicas, antes esto era impensable…

¿Qué rol juegan las empresas públicas en este proceso?

Tanto las empresas públicas como las privadas tienen que adaptarse a esta nueva manera de conducir negocios, y aliarse con las startups para innovar en sus modelos.

¿Y las privadas?

Estos tiempos son muy relevantes especialmente para las corporaciones y cómo podrían beneficiarse de trabajar con las startups, no solo invirtiendo en ellas sino agregándoles valor (conexiones, abrirles puertas, etc.) a la vez que aprenden de las startups cómo ser más innovadores.

 

¿Qué consejo no puede ignorarse jamás a la hora de emprender?
Emprender es un camino en el que a veces te sientes solo, otras veces pasas por muchos desafíos económicos o de mercado, lo importante es que entiendas lo que significa emprender y que esto se convierta en la motivación diaria, “ full-life”. Y que busques otros con la misma visión y compromiso por lograrlo, a pesar de las dificultades.