Bill Nelson (Miami, 80 años) es exsenador demócrata, astronauta y administrador de la agencia espacial de Estados Unidos (NASA). El estadounidense está de visita en Madrid porque España acaba de convertirse en el 25º signatario de los acuerdos Artemis, el marco político de cooperación que sentará las bases de la exploración espacial pacífica de la Luna y otros cuerpos espaciales en las próximas décadas. Después de reunirse con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa, y de firmar allí el documento junto a la ministra de Ciencia, Diana Morant, Nelson ofreció una entrevista conjunta a EL PAÍS y El Mundo en la Embajada de Estados Unidos.
Exploración pacífica y sin basura espacial
Los acuerdos Artemis sientan los pilares de la cooperación en la futura exploración de la Luna, en especial el proyecto Artemis liderado por Estados Unidos, en colaboración con las agencias espaciales de Europa, Canadá y Japón, para llevar a la superficie de la Luna a la primera mujer y al primer hombre no blanco, ambos estadounidenses, en 2025; y construir una estación espacial en órbita de la Luna. El acuerdo recoge principios fundamentales, como la transparencia o la ayuda mutua en caso de que los astronautas necesiten rescate.
Los ocho firmantes originales del tratado fueron Estados Unidos, Italia, Canadá, Japón, Luxemburgo, Reino Unido, Australia y Emiratos Árabes, en octubre de 2020. Desde entonces se han sumado otros 17 países de África, América y Asia y Europa, incluida España.
Los acuerdos de Artemis se enmarcan en el tratado de Naciones Unidas sobre el espacio que declara, entre otras cosas, que ningún país puede reclamar la nacionalidad de ningún territorio de la Luna ni ningún otro cuerpo celeste. El documento firmado hoy también contempla compartir la información científica recabada por cada país, aunque deja fuera de este marco a las empresas privadas, a no ser que estas operen de parte de alguno de los países formantes. El texto contempla la extracción de recursos naturales en la Luna y otros cuerpos y los firmantes se comprometen a informar a Naciones Unidas de sus planes.
El marco de Artemis también compromete a los firmantes a limitar la basura espacial y hacerse cargo de la retirada de satélites y otras naves al final de su vida útil.