Descubren a las primeras ‘abejas’ del mar

Por 28/07/2022 Portal

Un equipo internacional de investigadores ha descubierto una clase completamente nueva de polinización. De la misma forma que las abejas fertilizan las plantas con flores en tierra, los investigadores han descubierto que una especie de alga roja ( Gracilaria gracilis ) utiliza un diminuto crustáceo ( Idotea balthica ) como si fuera una ‘abeja marina’, para transferir sus gametos masculinos para la fertilización. Las algas rojas comprenden más de 7.000 especies en el océano. A diferencia de otras algas, sus gametos masculinos no poseen flagelos y, por lo tanto, no son móviles, lo que los hace similares a los granos de polen. La fertilización tiene lugar en un órgano femenino remoto. Hasta ahora se creía que el único medio de la dispersión de los gametos de estas algas rojas para la reproducción sexual era el movimiento del agua, pero los investigadores han descubierto que las idoteas contribuyen a la fertilización de las algas mientras nadan entre ellas. El hallazgo ha merecido la portada de la revista ‘Science’. Las superficies de las algas macho están salpicadas de estructuras reproductivas que producen ‘esperma’ recubierto de mucílago, una sustancia pegajosa. A medida que pasa una idotea, los espermatozoides se adhieren a su cutícula y luego se depositan en los talos de cualquier alga hembra con la que el crustáceo entre en contacto, lo que ayuda a la reproducción de G. gracilis . Pero las idoteas también se beneficiarán de este acuerdo. Las algas les dan alojamiento, protección contra los depredadores y comida: el crustáceo se adhiere a las algas para protegerse de las fuertes corrientes, y se alimentan de pequeños organismos que crecen en ellas. Este es un ejemplo de una interacción mutualista, una situación en la que todos ganan, plantas y animales, y la primera vez que se observa una interacción de este tipo entre un alga marina y un animal. Esos hallazgos no indican hasta qué punto el transporte animal de gametos contribuye a la fertilización de las algas en relación con el papel del movimiento del agua, pero sí ofrecen una visión sorprendente del origen de la fertilización de las plantas mediada por animales. Antes de este descubrimiento, se suponía que este sistema para facilitar la reproducción había surgido entre las plantas terrestres hace 140 millones de años. Sin embargo, las algas rojas surgieron hace más de 800 millones de años y su fertilización a través de intermediarios animales podría ser anterior al origen de la polinización en la tierra. Los isópodos solo aparecieron hace unos 300 millones de años. Si bien los isópodos y las algas rojas han tenido mucho tiempo para desarrollar su relación de ‘polinización’, no está claro cómo se fertilizaban las algas rojas antes de los isópodos. Los invertebrados marinos extintos pueden haber hecho el trabajo, pero los primeros artrópodos aparecieron hace solo 600 millones de años. Ahora, el equipo intentará desentrañar otras preguntas, como si las idoteas desencadenan la liberación del espera, si son capaces de distinguir a las algas machos de las hembras o, aún más importante, si existen interacciones similares entre otras especies marinas. Amenazada antes de ser comprendida La mayor parte de la reproducción de las algas rojas se produce en aguas relativamente tranquilas que se encuentran en las piscinas rocosas costeras durante la marea baja. Estos hábitats están amenazados por la contaminación, las especies invasoras, la modificación física de las costas y el cambio climático y del nivel del mar. Además, los crustáceos en general pueden ser susceptibles de aumentar la acidificación de los océanos relacionada con el aumento de los niveles de CO 2 porque el ácido descalcifica sus exoesqueletos. Sin embargo, al mismo tiempo, las algas rojas como la Gracilaria son ecológicamente importantes para sus ecosistemas y se promocionan como una fuente de alimento sostenible a nivel mundial. MÁS INFORMACIÓN Una inteligencia artificial de Google predice la estructura de casi todas las proteínas conocidas y cambia la ciencia El secreto de la trompa del elefante Desafortunadamente, una clase completamente nueva de interacciones ecológicas, como se muestra en este hallazgo, ya puede estar amenazada incluso antes de que los científicos las comprendan por completo.