Los yacimientos de Schöningen, en el norte de Alemania, son conocidos por haber conservado en sus sedimentos un conjunto de lanzas y bastones de madera considerados como las armas de caza más antiguas de la humanidad. Fabricadas presuntamente por Homo heidelbergensis , un antecesor de los neandertales, hace 300.000 años, incluyen un bastón de dos puntas ligeramente curvado de unos 77 centímetros de largo, similar a un bumerán. Un nuevo análisis de la pieza, descubierta en 1994, muestra que fue raspada, secada y lijada antes de ser utilizada para matar animales. La investigación, publicada este miércoles en ‘PLOS ONE’ , sugiere que estos primeros humanos utilizaban técnicas de carpintería más desarrolladas y sofisticadas de lo que se creía anteriormente. La herramienta, hecha de una rama de abeto, era «aerodinámica» y «ergonómica», capaz de matar a animal como un corzo o un conejo de un golpe a treinta metros. Además, la ligereza del arma pudo permitir la caza en grupo. Incluso podría haber involucrado a toda la comunidad, incluidos los niños. «Sorprendentemente, estos primeros humanos demostraron la capacidad de planificar con mucha anticipación, un gran conocimiento de las propiedades de la madera y muchas habilidades sofisticadas para trabajar la madera que todavía usamos hoy«, señala Annemieke Milks, del Departamento de Arqueología de la Universidad de Reading y responsable de la investigación. Noticia Relacionada estandar No Las raíces de la guerra: Hace 1,45 millones de años, nuestros antepasados ya se mataban entre sí José Manuel Nieves Un nuevo hallazgo sugiere que el objetivo era, muy probablemente, el de devorar a las víctimas Para Dirk Leder, el trabajo de la madera involucró varios pasos que incluyeron «cortar y quitar la corteza, tallarla en una forma aerodinámica, raspar más superficie, secar la madera para evitar que se agriete y deforme, y lijarla para facilitar su manejo», resume. Palo de lanzamiento de doble punta de Schönigen Volker Minkus Arma de alto impacto Según los investigadores, el palo arrojadizo de doble punta probablemente fue utilizado por los primeros humanos para cazar animales de tamaño mediano como el corzo y presas pequeñas y rápidas, incluidas liebres y aves, difíciles de atrapar. Los palos arrojadizos habrían sido lanzados de forma rotativa, similar a un bumerán, en lugar de por encima de la cabeza como una jabalina moderna, a una distancia de hasta 30 metros. Aunque son livianas, las altas velocidades a las que se pueden lanzar tales armas podrían haber resultado en impactos mortales de alta energía. La superficie fina, las puntas cuidadosamente formadas y el pulido por el manejo sugieren que se trata de una pieza de equipo personal con uso repetido, en lugar de una herramienta hecha rápidamente que se descartaba por descuido. MÁS INFORMACIÓN noticia No El genoma de una mariposa extinta a causa del ser humano abre la puerta a su ‘resurrección’ noticia No Astrónomos españoles hallan el primer indicio que dos planetas que comparten la misma órbita «Estos palos arrojadizos livianos pueden haber sido más fáciles de lanzar que las lanzas más pesadas, lo que indica el potencial para que participe toda la comunidad. Tales herramientas podrían haber sido utilizadas por niños mientras aprendían a lanzar y cazar», explica Milks.