Investigadores de Granada descubren el mayor secreto de los constructores mayas

By 19/04/2023 Portal

Ubicado al oeste de Honduras, cerca de la frontera con Guatemala, se encuentra el yacimiento de Copán. Considerado cuna de la civilización maya, Oxwitik (su nombre maya, que quiere decir ‘tres raíces’) fue una poderosa ciudad-estado que gobernó uno de sus reinos más importantes entre los siglos IV y IX de nuestra era. Pero, a pesar de que ha pasado milenio y medio desde entonces, muchas de sus edificaciones y retablos han aguantando de forma extraordinaria el devenir del tiempo, algo que lleva intrigando a los científicos desde hace siglos. Ahora, un equipo de investigadores de la Universidad de Granada (UGR) acaba de desvelar el secreto: sus constructores idearon morteros de cal a las que añadieron extractos de plantas. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘ Science Advances ‘. «Hasta la fecha no se sabía cuál era el secreto por el que los monumentos construidos por los antiguos constructores mayas presentan en la actualidad un estado de conservación excelente, a pesar de haber estado expuestos durante más de mil años a un clima tropical muy agresivo», explica el autor principal de este trabajo, el catedrático del departamento de Mineralogía y Petrología de la UGR Carlos Rodríguez-Navarro. El equipo de Rodríguez-Navarro no es el primero que intenta desvelar el misterio. Otros grupos han realizado todo tipo de pruebas, pero no se había llegado a conclusiones lo suficientemente robustas. Ahora, gracias a técnicas modernas como la microscopía electrónica de transmisión (TEM) y difracción de rayos X de alta resolución usando radiación sincrotrón, los investigadores de la UGR han desvelado la ‘receta secreta’ de los constructores mayas. Noticia Relacionada estandar Si Así contribuyeron los monjes medievales a la vulcanología moderna José Manuel Nieves El estudio de antiguos textos ha permitido fechar con precisión las erupciones volcánicas que desencadenaron la Pequeña Edad de Hielo en Europa En concreto, los antiguos morteros y estucos de cal de Copán incluían compuestos orgánicos y un cemento de cristales de calcita (CaCO3) con características nano y mesoestructurales (estructura de dichos cristales desde escala atómica y molecular hasta micrométrica) similares a las de los biominerales de calcita como los que usan los moluscos para construir sus caparazones, donde se sabe que las partículas hacen que los cementos sean más duros y plásticos. El pasado se refleja en el presente Muchas civilizaciones antiguas utilizaron prácticas como calentar, agregar agua o incluir ingredientes naturales a la piedra caliza para producir yesos de cal más duraderos, lo que les ha permitido sobrevivir milenios. Los antiguos mayas desarrollaron una estrategia similar de forma independiente alrededor del año 1100 a. C. añadiendo extractos de plantas para mejorar aún más el rendimiento. Es más: algunas de estas prácticas aún se siguen utilizando por la población local descendiente de aquellos pueblos, quienes mezclan la cal con determinadas savias sacadas de las cortezas de los árboles. Para demostrar que ambas prácticas se correspondían, los autores recogieron muestras de yeso y estuco de ruinas mayas antiguas y las compararon con otras creadas al estilo de los locales actuales, quienes han heredado la tradición. «Preparamos réplicas de morteros de cal dosificados con extractos ricos en polisacáridos de corteza de árboles comunes en el área maya, como es el caso del chukum ( Havardia albicans ) y el jiote ( Bursera simaruba ) -explica Rodríguez Navarro-. Nuestros resultados analíticos demuestran que las réplicas tienen características similares a las de los antiguos morteros y estucos mayas que contienen compuestos orgánicos«. Además, demostraron que tanto los materiales de los mayas como los actuales presentan «un cemento de calcita que incluye compuestos orgánicos (polisacáridos) intercristalinos e intracristalinos que imparten a la matriz del mortero un marcado comportamiento plástico y una mayor tenacidad y resistencia a la rotura, al tiempo que aumentan su resistencia a la alteración química, ya que reducen su tasa de disolución». Es decir, este cemento de calcita similar a la de las conchas de los moluscos o a las púas de los erizos, hace que el material sea enormemente resistente, incluso aunque haya tenido que soportar duras condiciones a la intemperie. MÁS INFORMACIÓN noticia No Siete investigadores españoles altamente citados, pagados por universidades de Arabia Saudí para aumentar su prestigio noticia No La impresionante imagen de la Estación Espacial Internacional ‘pillada’ atravesando el Sol Los autores señalan que estas prácticas podrían ayudar a crear materiales perfectos para la conservación del patrimonio histórico y artístico y la construcción moderna y sostenible.