The evils of SIBO, the excess bacteria in the small intestine that causes diarrhea and bloating

El intestino delgado es una parada corta en la digestión. Los alimentos atraviesan esos seis metros de trayecto entre el estómago y el intestino grueso en apenas una hora. Tiempo suficiente para hacer sus funciones de absorción de los nutrientes y dejar que el jugo alimenticio prosiga su camino hasta el colon. A diferencia del intestino grueso, donde conviven en sintonía millones y millones de bacterias, el delgado siempre se está moviendo y se mantiene casi sin microbios: si crecen las bacterias ahí, su mucosa se inflama y pierde la capacidad de absorber. A veces, pasa. Y tiene un nombre: sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado (SIBO, por sus siglas en inglés), que puede provocar un cuadro de síntomas gastrointestinales inespecíficos, como diarrea, gases, hinchazón o estreñimiento. El SIBO existe, pero no todos los cuadros gastrointestinales con síntomas similares responden a esta afección, advierten los expertos. Las gastroenterólogos alertan de un sobrediagnóstico —en ocasiones, autodiagnóstico— de esta dolencia por falta de mecanismos de detección fiables y avisan de los riesgos: la pauta terapéutica es antibiótico y, si no está bien justificado, puede dañar más la flora intestinal y crear resistencias.

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