La primera píldora anticonceptiva para mujeres fue desarrollada en la década de 1950 por un equipo científico liderado por Gregory Pincus y financiado por la sufragista Katharine McCormick. La combinación de hormonas diseñada por Pincus alteraba el ciclo menstrual y suprimía la ovulación, superando así un reto tecnológico difícil impulsado por el interés de millones de mujeres que buscaban control sobre sus embarazos. Durante décadas, se ha tratado de desarrollar una píldora similar para los hombres pero, por el momento, los esfuerzos no han puesto en el mercado un producto así. En la reunión primaveral de la Sociedad Química Americana (ACS, de sus siglas en inglés), un grupo de investigadores de la Universidad de Minnesota (EE UU) presentó la semana pasada los resultados de un estudio en ratones que muestra el potencial de una píldora anticonceptiva no hormonal masculina.